¡Adicto Total!
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Publicado: Friday 25 de February de 2011, 01:00
Como suponía, nadie ha debido leer el tema que linkeé cuando estaba en clase (lamento mucho que te molestara que estuviera en clase Trustfitnesscan, o al menos eso creo deducir de tu ironía: “Y no me puedo estender más que estoy mapeando un código de php bajo html hibridado con C++”. Por cierto, es eXtender, con X), o al menos, si os lo habéis leído, no habéis debatido nada al respeto, como si entra por un oído y sale por el otro.Lo primero de todo, haré una aproximación científica al tema que tratamos, porque si cuando dije “condicionamiento operante” y “técnicas conductistas” no me entendisteis… mal vamos. Los sistemas de adiestramiento más populares actualmente son el adiestramiento clásico y el adiestramiento en positivo (en el post que linkeé hay otros explicados, si tenéis a bien leerlo). Este tipo de sistemas de adiestramiento se basan en las técnicas conductistas de condicionamiento clásico y, especialmente, operante (o intrumental), estudiadas y explotadas por los psicólogos durante el siglo pasado. También se basan en nociones de Etología clásica, venida directamente de los padres de la etología (especialmente de Konrad Lorenz).Respecto al condicionamiento operante o instrumental, el descubridor de este condicionamiento fue el psicólogo norteamericano Edward L. Thorndike, durante su trabajo en su tesis con gatos. Este investigador utilizaba lo que llamaba cajas rompecabezas; unas cajas de madera de las de llevar fruta que él mismo construía, y en las que se podía meter un gato que podía salir por sí mismo si accionaba una serie de mecanismos que permitían la apertura. Muchos de los gatos que Thorndike utilizaba eran callejeros y no se encontraban nada cómodos dentro de las cajas, lógicamente. Además, Thorndike siempre les ponía comida a su vista para estimularlos a salir. Los animales arañaban la caja, se movían… hasta que finalmente podían salir. Lo más sorprendente era que al principio al mismo gato le costaba mucho tiempo salir de una caja concreta, pero al pasar muchas veces por la misma caja le costaba menos abandonarla. Thorndike atribuyó este fenómeno a un tipo de aprendizaje, una relación estímulo-respuesta donde el estímulo sería el deseo de escapar de la caja y la respuesta salir de ella accionando el mecanismo adecuado. Así formulo la Ley de efecto, que ilustraba sus experiencias con los gatos:“De las diversas respuestas que [un animal] puede exhibir en una determinada situación, aquellas que van acompañadas o inmediatamente seguidas de satisfacción por parte del animal estarán... más firmemente conectadas con la situación, de manera que cuando ésta se repita, habrá una mayor probabilidad de que [las respuestas] también se repitan; aquellas que van acompañadas o inmediatamente seguidas de molestias para el animal harán ... que sus conexiones con esa situación se debiliten de tal manera que cuando [la situación] se presente de nuevo será menos probable que [dichas respuestas] ocurran". Donde Thorndike tomaba‘satisfacción’ con un significado semejante a ‘refuerzo positivo’.¿Qué tienen de “malo” los sistemas conductistas como sistema de adiestramiento? Depende de lo que entendamos por malo. Un perro entrenado por conductismo puede perfectamente cumplir con las exigencias de las competiciones, e incluso puede ser competente en muchos trabajos y en la vida cotidiana como mascota, PERO fallará en trabajos más complejos, como son la asistencia a discapacitados, por la particularidad del entrenamiento de estos animales. Los sistemas conductistas usan refuerzos exclusivamente externos, ya sean positivos o negativos, y la forma que tienen de usar estos refuerzos mecaniza la conducta del perro que no trabaja por satisfacción personal sino para conseguir un premio (egoísmo). Personalmente, me parece muy importante que los animales se desarrollen psicológicamente de forma correcta, y el uso de sistemas que mecanizan la conducta automatizan las respuestas del perro y le restan autonomía, el perro no aprende a “pensar”. Un perro entrenado de forma mecanicista NUNCA entiende los ejercicios que efectúa.Un ejemplo de cómo una perra entrenada con adiestramiento en positivo (con clicker, y siendo campeona nacional de Chile) no entendía en absoluto un ejercicio tan sencillo como la llamada: http://www.youtube.com/watch?v=2cUSxH1xkmQ. Como dice su propio adiestrador en la descripción del vídeo: “Después de 2 años compitiendo en VPG, alcanzando podios (1er. lugar), y en niveles superiores, nos dimos cuenta de que el ejercicio "Hier" (llamada), se hacía mecánicamente (rápido y llamativo), pero que no existía la mínima comprensión del ejercicio. Ya que al variar, sólo en unos pocos centímetros, la posición, "Marhi" no sabía que hacer (ésto se probó, a través de aplicar un pequeño "escalón")”.Para que se vea de una manera práctica la diferencia de proceder con un adiestramiento conductista, respecto un adiestramiento cognitivo, os pongo un ejemplo que figura en el libro de C. A. López García.Explicar conceptos a personas es fácil, tenemos el lenguaje como elemento de comunicación precisamente para eso, pero ¿cómo explicamos a un perro un concepto? Aquí es donde vamos a aprovechar el aprendizaje conductista. Vamos a aprovechar los paradigmas experimentales operantes —recompensa, escape, evitación, castigo positivo, castigo negativo— no como formas de enseñanza, técnicas finales de adiestramiento, sino como lenguaje de programación para introducir conceptos, software, en el perro.Esto parece complejo pero no lo es, veamos un ejemplo: si yo enseño al perro un trozo de comida apetitosa y lo llevo un poco sobre su cabeza y hacia atrás a la vez que indico SIENTA, al sentarse le doy la comida y actúo de igual forma diez veces; es probable que a la undécima el perro al oír SIENTA se siente. En diez repeticiones le he enseñado a sentarse; ahora actúo de forma equivalente pero llevo la comida al suelo entre las patas delanteras del perro y digo TUMBADO, las primeras veces se sienta, que es lo que acaba de aprender, pero en otras diez repeticiones ya se tumba al oír el comando TUMBADO. En veinte repeticiones le he enseñado dos acciones aplicando el paradigma de recompensa, este es un aprendizaje conductista. Si cogemos otro perro y le hacemos sentarse siguiendo la comida con la misma técnica pero sin usar comando y sólo lo repetimos dos veces antes de pasar al tumbado, que también realizamos sólo dos veces, y después otras dos veces le guiamos con la comida para que ande al paso y otras dos para que salte un obstáculo; tenemos que el perro en ocho repeticiones no ha aprendido ninguna acción concreta pero sí un esquema: que siguiendo la comida con el cuerpo la consigue, cuando nos pongamos a enseñarle acciones concretas veremos que las aprende más rápido (hasta con un 65% menos de repeticiones), esto es porque del mismo esquema —seguir la comida con el cuerpo— saca la solución a muchas situaciones y no tiene que iniciar un proceso nuevo de aprendizaje con cada acción, lo que además ocuparía mucho más espacio de memoria, de disco duro. El segundo caso es un aprendizaje cognitivo. Aquí vemos cómo usando el paradigma de recompensa hemos explicado al perro un concepto para que genere un esquema sobre él. La apariencia de trabajo es parecida pero lo que buscamos es radicalmente diferente. Voy a citar una frase tuya, Trustfitnesscan, que me viene al pelo:Mirá yo lo que hago es pedir a la gente que me deje perros para adiestrarselos. No cobro nada pero gano en experiencia y cuando termino me quedo tan satisfecho que me siento realizado. Esta sensación que tienes tú es la que se consigue provocar en el perro con el adiestramiento cognitivo-emocional, al usar autorrefuerzos o refuerzos internos, y por eso es tan relevante para perros de ayuda a discapacitados que no pueden ser reforzados o corregidos, y pueden necesitar resolver problemas para los que no han sido entrenados (esto se explica muy bien en la introducción del libro de C. A. López García, que citaré después). Aparte de esta evidente ventaja, el sistema cognitivo se diferencia de los sistemas conductistas en otras cosas: Me parece importante, en este punto, citar la introducción del libro de C. A López García, el mismo del que Lyrastark ha puesto el currículum:El adiestramiento de perros es una profesión que tiene una coyuntura muy especial. Tradicionalmente ha estado en manos de personas que si bien eran competentes a nivel técnico carecían de la mínima formación teórica para comprender el porqué de lo que hacían. Así durante mucho tiempo la preparación de los adiestradores consistía en el aprendizaje de un conjunto de técnicas oscuramente ilustradas por unos conceptos vagos, realmente un conjunto de lugares comunes sin actualización ni visión crítica.Por esto el adiestrador que crecía como tal debía hacerlo mezclando ensayo y error con grandes dosis de intuición, parecía que adiestrar requería una «capacidad natural» de algún tipo. Todo lo que no es analizado desde criterios científicos da esta impresión. En realidad sólo sucedía que no se le daban herramientas de crecimiento al novato.Esto cambia (al menos para la mayoría de los adiestradores) a partir del desarrollo de técnicas basadas en los entonces pujantes estudios de psicología conductista y etología. El cambio de un trabajo intuitivo a uno que se apoya sobre consistentes conceptos de las dos especialidades que estudian a nivel profundo la conducta genera un salto cualitativo que permite el avance del adiestramiento, abarcando cada vez más y más campos o especialidades (perros antidroga, perros guía de ciego, de rescate, de asistencia a discapacitados....) con resultados cada vez mejores.Pero tanto la psicología como la etología han seguido investigando y con ello avanzando y muchas de las teorías que se usaron para este desarrollo han sido sustituidas por otras más precisas, algunas revolucionarias y otras que simplemente suponen un avance con respecto a las que conocíamos.Sin embargo el adiestramiento no aprovechó ninguno de estos cambios, mantuvo intactas las técnicas que se habían construido sobre la psicología conductista de Skinner y la etología de Lorenz (principalmente). Esto sorprende a primera vista pero no sucede porque sí, existen motivos para explicarlo: en primer lugar podemos aludir a la tradicional pereza del gremio para el estudio de la teoría que sustenta su trabajo; también, por supuesto, la falta de canales directos para recoger la última información, pues el adiestramiento, pese a este uso de la psicología de la conducta y la etología, no mantiene nexos permanentes de unión con estas especialidades, con lo que la información tiene que esperar a individuos concretos que se formen y busquen de manera autónoma estos datos (¡y su aplicabilidad!). Pero sobre todo por una causa de tanto peso que resulta suficiente explicación por sí misma: que no era necesario para conseguir resultados excelentes en el adiestramiento. Efectivamente con las técnicas derivadas del conductismo skineriano y la etología de Lorenz se puede adiestrar perfectamente a un perro para la mayoría de las especialidades del adiestramiento y como obviamente esta es una profesión donde lo que se necesita son resultados prácticos no había motivo para avanzar. No se sustituye lo que funciona perfectamente.Pero existe una especialidad donde la necesidad de refuerzos (sean positivos o negativos) de forma continua y el aprendizaje mecánico de acciones empiezan a ser insuficientes. Esta especialidad es la del perro de asistencia a discapacitados físicos. Así como en otros tipos de adiestramiento se puede entrenar y corregir o premiar al perro de forma habitual, en el perro de asistencia esto no sucede, ¿cómo premia o castiga una persona tetrapléjica o cómo se mecaniza una acción que debe ser diferente según el entorno, incluso necesitándose que el perro «desobedezca» a su propietario, como sucede con la gestión del tráfico en un perro guía? El adiestramiento de perros de asistencia tiene una coyuntura que hace insuficientes las bases teóricas hasta ahora usadas, pues si pueden ser suficientes (y sólo suficientes) para la formación del perro, fallan en su mantenimiento: perros que trabajan diariamente sin refuerzos, que pese a equivocarse no pueden ser corregidos por el usuario y que deben desobedecer a su jefe de manada habitualmente si las condiciones así lo aconsejan. Por ello todas las escuelas de perro de asistencia del mundo tienen que hacer continuos repasos, buscar modos de que el adiestramiento no vaya desmontándose con este tipo de uso, formas imaginativas para reforzar o castigar que puedan ser aplicadas por el usuario...En este entorno unos pocos volvemos la mirada hacia quienes antes nos ayudaron: la psicología y la etología, y ¡sorpresa! encontramos que se han desarrollado nuevos conceptos que, una vez adaptados, nos van a permitir adiestrar a un perro minimizando la dependencia de refuerzos, enseñarle a tomar decisiones en lugar de actuar de forma mecánica y en general mejorar nuestros resultados de tal modo que bien podemos considerarlo una revolución.El adiestramiento cognitivo-emocional es el resultado de este trabajo.Por estas circunstancias el adiestramiento cognitivo-emocional inicialmente se usa en perros de asistencia, la especialidad que realmente lo necesita, pero viendo los resultados algunos decidimos aplicar estos principios a todos los tipos de adiestramiento. EN RESUMEN: Los métodos que usáis vosotros son mecanicistas porque se basan en el condicionamiento instrumental anteriormente explicado. Estos métodos automatizan la conducta del animal, restringiéndola a un simple sistema de estímulo/respuesta (actuación por ensayo y error) sin que haya comprensión alguna de los ejercicios y por lo tanto, impidiendo un desarrollo autónomo del aprendizaje. El perro adiestrado de forma conductista sólo puede ejecutar rutinas, no puede de ninguna manera usar lo aprendido para resolver problemas para los que no ha sido previamente entrenado. El comparar estos sistemas de aprendizaje por adiestramiento no es un asunto de opinión, pueden serlo las técnicas particulares y su forma de aplicarlas dentro del sistema de adiestramiento, pero como sistema de adiestramiento en sí el cognitivo-emocional es mejor. La ciencia ha avanzado mucho, y el adiestramiento puede aprovecharse de la misma, sin quedarse estancado en el conocimiento del siglo pasado cuando se descubrieron las técnicas conductistas. |