Lola cuando era pequeñina odiaba el coche, lloraba, lloraba y lloraba. Lo que hice fue que cada vez que la subía, le daba una chuche para que se entretuviese durante el camino. No para que subiese nni nada, sino durante el camino. Hoy no hay quien la baje del coche!! le cuesta subir y bajar, pero le pone voluntad!! jajajaja