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Publicado: Monday 13 de October de 2014, 20:08
La ehrlichiosis y la anaplasmosis canina son prácticamente una misma enfermedad transmitida por la picadura de una garrapata.
Se trata de tres microorganismos muy parecidos (Ehrlichia canis, Ehrlichia platys y Anaplasma phagocytophiltum) que según la variedad infectan a las células de defensa (leucocitos) o a las plaquetas y se distribuyen por todo el organismo del animal afectando sobretodo al bazo, hígado, riñones, gl. linfáticos, articulaciones, sist. nervioso. Éstos parásitos son vehiculados dentro de las garrapatas y transmitidas tras su picadura a nuestras mascotas.
Las garrapatas son capaces de transmitir la enfermedad durante los tres estadios de su vida, es decir, desde su nacimiento hasta las fases adultas. El ciclo es el siguiente:
1.- La hembra adulta repleta de sangre cae a suelo y después de un periodo de entre 3 y 83 días pone alrededor de 4000 huevos
2.- Los huevos eclosionan entre los 8 y 67 días, saliendo las larvas, que pueden sobrevivir sin alimentarse más de 253 días
3.- Cuando encuentran otro hospedador (gato o perro) se fijan y se alimentan durante 3 a 7 días; a continuación se desprende y muda a ninfa en 6 a 23 días, que puede sobrevivir sin alimentarse más de 183 días
4.- Cuando encuentra otro hospedador la ninfa se alimenta durante 4 a 9 días. Una vez repleta se desprende y muda a adulto (macho o hembra) en 12 a 129 días, que puede sobrevivir sin alimentarse más de 568 días
5.- Tras fijarse al tercer hospedador las hembras adultas se alimentan durante 6 a 50 días
Teniendo en cuenta estos datos, se comprueba que en condiciones favorables el ciclo de vida de la garrapata puede completarse en apenas dos meses, por lo que en zonas cálidas como la nuestra es frecuente que varias generaciones de garrapatas pueden darse en el mismo año e infectar al mismo animal. Por el contrario, cuando las condiciones climáticas empeoran, puede conducir a que algunas de sus fases sobrevivan más de un año.
No es necesaria una infestación masiva para su transmisión, y las más pequeñas ninfas es muy fácil que pasen desapercibidas. Tanto es así es que el 20% de los propietarios de animales afectados afirman no haber visto nunca garrapatas en sus perros.
SINTOMATOLOGIA
La ehrlichiosis y la anaplasmosis canina presentan una sintomatología variada y muy poco específica, por lo que pueden pasar desapercibidas y su diagnostico no siempre es sencillo. Además depende de la fase de la enfermedad, virulencia de la cepa e incluso del estado inmunitario del hospedador. Puede aparecer unida a otras enfermedades como la leishmaniosis, enfermedad con la que incluso comparte síntomas.
La enfermedad presenta tres fases:
1. Fase aguda: Dura aproximadamente 2-4 semanas. Los síntomas son muy inespecíficos:
- Apetito caprichoso, apatía, pérdida de peso y, en ocasiones, incremento del tamaño de los ganglios linfáticos y del bazo. Esta fase en algunos animales se puede superar espontáneamente aún sin tratamiento.
2. Fase subclínica: En esta fase no existe ninguna sintomatología. Puede durar desde unas semanas hasta incluso años. Sólo mediante análisis se puede detectar:
- Aumento de las globulinas (un tipo de proteínas de la sangre) - Leve trombocitopenia (disminución del no de plaquetas).
3. Fase crónica: Es la que habitualmente llega a nuestro centro. El cuadro clínico más frecuente es el de un animal con:
- fiebre, apatía y anorexia, cuadro que es común a muchos procesos patológicos - aumento de tamaño de los ganglios linfáticos. - signos hemorrágicos: sangre en heces, en orina, por la nariz, en las conjuntivas oculares, encías sangrantes, etc. - problemas musculares y articulares: cojeras, caminar envarado,… - problemas respiratorios, alteraciones cardíacas, neurológicos (meningitis),cutáneos, oculares, etc. - insuficiencia renal
TRATAMIENTO
Existen distintos protocolos terapéuticos con altísimas tasas de éxito. Es fundamental el diagnóstico precoz para que el tratamiento tenga éxito, ya que si la sintomatología es grave, puede haber lesiones irreversibles e incluso provocar la muerte del animal.
RECOMENDACIONES
- Utilizar antiparasitarios externos de calidad durante las épocas del año en que están presentes las garrapatas.En zonas cálidas o situaciones de riesgo se deben emplear durante todo el año. Huyan de productos promesa “naturales” o sin registro por carecer de estudios clínicos.
- No arrancar las garrapatas del cuerpo del animal, ya que muchas veces la garrapata se rompe y se queda dentro de la piel el aparato picador (la “boca”) del parásito, provocando un nódulo inflamatorio molesto para nuestra mascota. Utilice productos recomendados por su veterinario para que mueran y se desprendan.
- Realizar análisis sanguíneos antes de las transfusiones ya que es otra de las vías de contagio.
- A ser posible se deberían testar todos los animales al menos una vez al año, preferiblemente tras la época de calor (igual que con la leishmaniosis), ya que como hemos dicho antes, el diagnóstico precoz es fundamental para establecer con éxito un tratamiento.
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