Ortografía, esa gran desconocida.

Yo, entre otras muchas me lío bastante con el porque, por que, porqué y por qué.

—Pero, ¿sabéis qué es una interrogativa indirecta?

En la habitación se hace el silencio, las caras, más que de duda, son de reserva. Es posible que casi todos los sepan, pero ninguno se atreve a contestar por temor a meter la pata y quedar mal delante de sus compañeros. La profesora los mira intentando averiguar quién se decidirá a hablar, hay que animarlos un poco. Algunos están deseando tomar la palabra.

—Venga, si las usáis en vuestros relatos —los anima.

Por fin, una de las alumnas más jóvenes se atreve a decir algo.

—Es cuando expresas una duda, ¿no?, pero sin usar signos de interrogación. Algo del tipo: “No sé qué voy a comer mañana”, o “Me gustaría saber quién te lo había dicho”

La profesora sonríe.

—Exacto. Pues el fallo más común es que en esas frases no acentuáis los adverbios interrogativos. Y hay que hacerlo, aunque no llevan signos de interrogación.

Los alumnos se miran, sonríen. Ahora viene la pregunta obvia.

—¿Cómo sabemos cuándo se ponen esas tildes?—vuelve a preguntar la misma alumna.

—Siguiendo la regla de “Cojones”.

La risa se apodera de la clase. Algunos de los alumnos se ríen abiertamente, otros sonríen algo cohibidos.

—Es muy sencillo: si detrás del adverbio podéis poner la palabra “cojones” y la frase sigue teniendo sentido, es que es una interrogativa indirecta y entonces se usa la tilde. “No sé qué cojones voy a comer mañana”, o “Me gustaría saber quién cojones te lo ha dicho”. No falla, y seguro que no se os olvida.

—También se puede cambiar el “cojones” por “coño”—puntualiza otra alumna.

—Cierto, o por “demonios” en la versión para todos los públicos. Espero que ahora no se os olviden las tildes de las interrogativas indirectas. Y explicado esto, vamos a hablar de los tipos de narradores, que se nos echa el tiempo encima…

Yo solo pido indulgencia. Algunos, eramos de ciencias y en mi época de formación (otra era), los universitarios teníamos fama de pésima ortografia. El exilio, y el manejar cotidianamente tres idiomas ( castellano, catalá y francés), no ayuda nada.  Y ¡encima presenil!...

Sus, si me permites ;-), yo pondría todos los carteles en el primer post, así no se pierden y están a mano

Lo peor no son en sí las faltas de ortografía si no que te encuentres con un texto sin estructura, sin puntos ni comas. Eso es infumable. Yo no puedo con ello y me dan ganas de coger a la persona y darle un sopapo.
No cuesta tanto escribir algo coherente.
La cosa es que la gente va al colegio, se sienta en la silla y cuenta musarañas en lugar de atender

Pues no es ninguna broma que desde que leo este foro noto que dudo más con la ortografía, de tanto leer barbaridades...