Titulo: Konrad Lorenz |
Zadar52Antiguo Usuario |
Publicado: Wednesday 02 de July de 2014, 18:34
También me interesan enlaces, artículos y webs. |
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bouddyEl usuario ha sido baneado hasta el 09/10/2027 por no cumplir las normas del foro |
Publicado: Wednesday 02 de July de 2014, 18:58
mecanismo desencadenador innato, pautas de accion fija, estímulos signos, movimientos intencionales, bah,un señor que vivia con gansos, patos, perros etc..y escribia libros me parece |
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Titulo: Konrad Lorenz |
Publicado: Wednesday 02 de July de 2014, 20:40
Cuando el hombre encontró al perro.Buen libro! p.d.: Estoy de acuerdo en muchas ideas con él sobre lo que le he podido leer... |
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Titulo: Konrad Lorenz |
SilverfoxAntiguo Usuario |
Publicado: Wednesday 02 de July de 2014, 20:59
Decidme todo lo que sepais de este señor (sin mandarme a la wikipedia). Nada que ver con Lorenz pero es que acabo de ver tu avatar y me ha hecho gracia. De qué conoces la bandera y el escudo de Croacia? |
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Titulo: Konrad Lorenz |
Publicado: Wednesday 02 de July de 2014, 21:15
E incluso el nick......jejeje Preciosa ciudad Zadar! Bueno, al tema, ahí te va un artículo que tenía por ahi guardado (no pongo fuente porque no la tengo! jeje lo guardé y ahora a saber de dónde lo pude sacar)! ----- Entre los perros de circo, capaces de juegos de habilidad complicadísimos, que suponen una gran capacidad de aprendizaje, sólo en muy pocos casos son perros de raza; no es porque un perro común coste menos, para perros de circo con talento se pagan cifras astronómicas. Además del nivel más alto de inteligencia y de capacidad de aprendizaje, son principalmente el menor nerviosismo y la mejor actitud a soportar las tensiones, precisamente del perro vagabundo, a permitir prestaciones cualitativamente superiores. No es una casualidad que la descripción más bella del ánimo canino, Señor y perro de Thomas Mann, se refiera a un perro común y corriente, un perro de granja. De mis perros un solo semental era verdaderamente de pura raza, un verdadero ejemplar de exposición, un perro pastor de nombre Bindo. Era indudablemente un tipo noble, un caballero sin mancha ni miedo, pero en cuanto a delicadeza de sentir y a la complejidad de la vida psíquica no estaba en igualdad de condiciones que mi perra pastor Tito, hija de los bosques y prados, sin la sombra de un pedigree. Mi Bulldog francés poseía, es verdad, un árbol genealógico, pero era decididamente un producto de descarte: era demasiado grande, el cráneo y las patas eran demasiado largos, el dorso recto y, no obstante todo esto, estoy convencido que ningún campeón premiado de aquella raza habría podido poseer la calidad de voluntad de mi Bully. Es triste pero innegable que una cierta selección de características físicas no es conciliable con una selección de características psíquicas. Los ejemplares que cumplen con todas las exigencias, en ambos campos, son demasiado raros para poder asegurar la continuación de una raza. Como yo, que no conozco ningún científico verdaderamente genio que también sea un Adonis, o una mujer que encarne la belleza ideal y disponga también de una inteligencia más que mediocre, así tampoco conozco ningún campeón de cualquier raza canina que quisiera que fuera mi perro. Con esto no quiero decir que éstos dos ideales distintos se excluyan necesariamente entre sí: no existe razón para creer que un perro de raza excepcionalmente bello no podría disponer también excepcionales cualidades psíquicas; pero cada uno de estos ideales es de por sí bastante raro para que sea extremadamente improbable encontrarles concentrados en un único sujeto. Aún si un criador se pusiera como objetivo una severísima selección de ambos puntos de vista, en práctica, no podrá prescindir de conformarse. Así se inició a separar lo que es la parte estética del animal de sus prestaciones, exactamente como se hace con las palomas mensajeras, con las cuales se llegó a crear verdaderamente dos razas diferentes. En el criadero del Pastor Alemán me parece que se encuentra en buen camino para llegar a una separación del tipo. En tiempos pasados, cuando el perro era predominantemente un animal útil y la moda no tenía la importancia que ha adquirido en nuestros días, no existía el peligro que la elección de los animales de criadero dejaran de lado las cualidades psíquicas. Por otra parte, también en una selección cuyo criterio exclusivo fuera la utilidad, pueden siempre surgir defectos psíquicos. Por ejemplo, un gran entendedor de perros, que estimo mucho, considera que la falta de fidelidad de algunos sabuesos sea precisamente el remontarse a ello. Sin lugar a dudas, dichas razas en primer lugar se seleccionan según la particular fineza del olfato; pero es incluso posible que se haya puesto en práctica una selección sobre la base de la falta de fidelidad al dueño: hoy, se sabe, que existen cazadores sin sentido deportivo, algunas veces también guardas forestales, que a menudo prefieren dejar la búsqueda de la caza a cualquier subalterno; forma parte de la utilidad de un buen sabueso ser capaz de trabajar con cualquiera tan bien como lo hace con su propio dueño. La cosa pasó a ser verdaderamente grave cuando la omnipotente tiranía de la moda, la más tonta entre las mujeres bobas, se arroga a prescribir a los pobres perros cuál debe ser su aspecto. No existe una sola raza canina cuyas excelentes cualidades psíquicas originales no hayan sido destruidas totalmente apenas la raza se convirtió en una raza de moda. Sólo si en un rincón recóndito del globo los perros en cuestión han podido continuar a ser criados como animales normales, al reparo de la moda, este deterioro ha podido ser evitado. De este modo en su país existen cepos de perros de pastor escocés donde viven todavía aquellas magníficas cualidades de carácter típicas de esta raza, mientras los nobles collies, criados en Europa central como perros de moda desde inicios del siglo han sufrido un increíble proceso de empeoramiento tanto en el carácter como en su inteligencia. Si para una raza que se pone de moda no existe un criadero que sepa dar el sostén necesario a las cualidades psíquicas de los animales, su suerte está marcada. Incluso criadores indudablemente honestos, que preferirían morir a tener que permitir el cruce de un animal que no sea de raza purísima hasta el más lejano antepasado, no consideran inmoral criar ejemplares físicamente espléndidos pero que tengan taras psíquicas. Lectores cinófilos, para quienes escribo este libro, creedme: la alegría de tener un perro que represente casi la perfección de su raza se termina poco a poco en los largos años de intimidad, pero no apaga la dificultad que crean ciertas carencias psíquicas como el nerviosismo excesivo, la umbría, la pusilanimidad exagerada. El tiempo no inmuniza contra dichos defectos desgastantes, más bien los convierte bastante más sensibles. Un vagabundo inteligente, fiel, valiente y con los nervios en su lugar, otorga muchas más satisfacciones que un campeón purísimo que ha costado un patrimonio. Como ya he dicho sería posible conformarse entre las cualidades físicas y psíquicas siempre que, hasta que la moda no se apodere de ellas, las razas caninas más diferentes, mantenidas puras, conserven sus bellas virtudes de carácter. Pero ya en la organización de las muestras y de los concursos se oculta un cierto peligro: en una muestra canina el hecho de la competencia conduce automáticamente a exasperar los caracteres específicos de raza de los distintos ejemplares. Si se observan imágenes antiguas, que para las razas caninas inglesas datan hasta de la Edad media y se comparan con imágenes de los representantes actuales de las mismas razas, éstos últimos parecen caricaturas grotescas de estos nobles ejemplares. En el chow-chow, que ha pasado a ser una moda sólo en las últimas décadas, esto aparece con particular evidencia. Aún alrededor del 1920, los chow eran perros verdaderamente naturales, muy cercanos a su original forma salvaje: el hocico puntiagudo, los ojos de corte oblicuo, mongol y las orejas bien afinadas y rectas, daban a su morro aquella expresión tan extraordinariamente encantadora que es propia de los perros de trineo groenlandeses, de los samoyedos y de los huskies (perros esquimales), en breve de todas las razas fuertemente lupescas. Hoy al criar el chow se apunta a acentuar los caracteres que le dan un aspecto típico de osito: el hocico es ancho y corto, casi de perro alano, en el morro, más aplanado, los ojos han perdido el hermoso corte oblicuo, las orejas desaparecen por la excesiva riqueza de pelaje. También en el carácter, el predador salvaje lleno de temperamento, que parece aún respirar el aire de las extensiones infinitas, se ha convertido en un empomado teddy-bear -.... salvo obviamente aquellos que crío yo. Pero respetando las leyes de todas las asociaciones de criadores, mis Chow deben mirarse con desprecio porque aún hoy tienen un ciento veintiocho por ciento de sangre de perro pastor. Otra raza que amo mucho y que miro adolorado su decadencia psíquica es el scotch-terrier. Aproximadamente unos treinta y cinco años atrás, cuando mi segundo perro, una hembra scotch-terrir, Ali, seguía mis pasos, los animales de aquella raza eran casi sin excepciones, modelos de coraje y fidelidad. Ninguno de los perros que tuve posteriormente me ha defendido tan furiosamente como Ali y ninguno ha tenido que ser salvado tantas veces de luchas desesperadas y sin cuartel con adversarios mucho más fuertes. Pero de ningún otro perro he tenido que salvar, tan a menudo, un gato, y ninguno, fuera de Ali, ¡ha perseguido uno trepándose a un árbol! Los hechos se desarrollaron así: Ali estaba persiguiendo un gato que, para protegerse, subió a la primera rama de un prumo; un momento después debió buscarse otro lugar seguro sobre una segunda rama, un metro y medio más arriba, desde la copa del árbol y se era acomodado allí. Después de pocos segundos el gato debió nuevamente emprender retirada, buscando una rama aún más alta, porque Ali había escalado también la segunda. El perro ahora luchaba por mantenerse en equilibrio, siendo las ramas muy sutiles. No se cayó al suelo sólo porque logró detenerse a horcajadas en uno de éstas, que mantenía fuerte entre las patas. Por un momento permaneció con la cabeza hacia abajo pero después logró enderezarse y ladró furioso al gato que estaba sentado un metro más arriba en una rama tan fina que ya casi no lo sostenía. Ahora sucedió lo increíble: Ali tensó todos los músculos de su cuerpo robusto y se catapultó sobre el gato, lo agarró entre los dientes permaneciendo un instante colgado del animal que trataba desesperadamente de sostenerse, hasta que ambos cayeron por tres metros hasta el suelo, donde tuve que intervenir para salvar al micifuz. En efecto, Ali, a pesar del duro golpe, no soltaba la presa. El gato no se había hecho nada pero Ali cojeó por semanas enteras a causa de un desgarro muscular. Contrariamente a los gatos, los perros no siempre saben caer bien sobre sus patas. ¡Así eran estos pequeños escoceses treinta y cinco años atrás! ¿Y hoy? Me enojo y siento pena cuando encontrando perros en nuestra Viena, donde hay tantos y son tan amados, veo como se comportan los actuales representantes de esta raza. Ciertamente mi hirsuta Ali con una oreja un poco de costado a causa de una cicatriz, no habría tenido ninguna posibilidad de éxito en una muestra canina, frente a todas estas bellezas emperifolladas. Pero éstas, en compensación, van mirando hacia abajo inclusivo delante de perros que habrían escapado con fuertes gritos al ver pasar a mi Ali. Pero todavía estamos a tiempo. Inclusive nosotros, en Europa Central, hay scotch-terrier que no tienen miedo ni siquiera delante de un San Bernardo y que se abalanzan contra las piernas del hombre más robusto si éstos solamente mencionan una palabra amenazadora contra su dueño. Pero scotch-terrier como estos son raros, es inútil buscarles entre los ganadores de las exhibiciones caninas. Y ahora les hago una pregunta a los criadores, que es lícito suponer que sepan qué es un perro: ¿no sería mejor tratar, aunque sea una sola vez, de criar uno de estos perros inteligentes, fieles y valientes, aún corriendo el riesgo que, en la puntuación que se refiere a las proporciones del cuerpo, éste pierda ante las perfectas obras de arte creadas de las manos de esquiladores de lujo? Konrad Lorenz |
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Titulo: Konrad Lorenz |
Zadar52Antiguo Usuario |
Publicado: Thursday 03 de July de 2014, 00:00
mecanismo desencadenador innato, pautas de accion fija, estímulos signos, movimientos intencionales, bah,un señor que vivia con gansos, patos, perros etc..y escribia libros me parece
Y tú como sabes que es de croacia? por cierto gracias por el artículo rohirrim |
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SilverfoxAntiguo Usuario |
Publicado: Thursday 03 de July de 2014, 00:10
Viví allí durante varios años. |
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Zadar52Antiguo Usuario |
Publicado: Thursday 03 de July de 2014, 00:44
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Titulo: Konrad Lorenz |
Publicado: Thursday 03 de July de 2014, 01:19
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Zadar52Antiguo Usuario |
Publicado: Thursday 03 de July de 2014, 13:52
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bouddyEl usuario ha sido baneado hasta el 09/10/2027 por no cumplir las normas del foro |
Publicado: Thursday 03 de July de 2014, 18:55
rohirrin, es un fragmento del libro de lorenz , cuando el hombre encontró al perro |
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