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Foro de Etología

¿Qué no es un perro?

Moderadores: Damzel, sandrarf
Titulo: ¿Qué no es un perro?

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Publicado: Thursday 14 de March de 2013, 20:15
Últimamente me he leído el libro "¿Qué no es un perro?". Me lo he pasado muy bien, por lo original del formato y por las curiosas respuestas de sus autores (al margen de si comparto o no esas opiniones, lo cual, al menos para mí, no le ha restado ni un ápice de interés).El libro es un cuestionario de 300 preguntas y 600 respuestas. Las preguntas se formularon por separado a cada uno de los dos expertos que responden: Sergio Fabián Grodsinsky y Enrique César Lerena de la Serna (DEP).Para animar un poco el foro, he escogido 15 preguntas de las muchas que me han parecido interesantes. Voy a dejar unos apuntes biográficos de cada uno, para el que no los conozca, antes de ir al tema:Sergio Fabián Grodsinsky  (S G)Sergio Fabián Grodsinsky; nació en La Plata, el 28 de septiembre de 1961; en contacto con los perros desde la infancia, pues su padre fue criador amateur de la raza boxer; idóneo en instrucción canina, egresado de AIC, matriculado en la RA; especializado en el adiestramiento de Guardia y Defensa, con más de dos mil ejemplares entrenados; ex integrante de la sec. Perros de la Cía. De Policía Militar 201 del ejercito argentino; ex jefe de la sec. Perros de MC Seguridad Privada; en contacto permanente con las principales escuelas de instrucción canina de Europa y EEUU; ha realizado prácticas y colaborado con escuelas de Chile, Brasil, España y del sur de Francia; fundador y ex presidente de la Asoc. De Instructores Caninos (AIC) de la República Argentina; impulsor de la creación de la Brigada de Perros de Búsqueda y Rescate (perteneciente a AIC) de la Rep. Argentina, y ex coordinador técnico de la misma; artífice de la Escuela de Capacitación Profesional (de AIC) –única en Sudamérica- y docente titular en este instituto; introductor y primer criador de la raza bullmastiff en nuestro país; a cargo del criadero von Alfser; miembro de FCI y POA; ex presidente de la Agrup. Antártida del Club Argentino del Perro Ovejero Alemán (POA); integrante de la United Schutzhund of América; miembro de la American Bullmastiff Asociation; miembro de la United Dog Trainers of North America; miembro de la International Press Association; ensayista cinológico con numerosos artículos publicados en periódicos y revistas especializadas y de interés general; dictó cursos y conferencias.Enrique César Lerena de la Serna  (L de la S)Enrique César Lerena de la Serna, apodado Jalí, nació en Buenos Aires, el 6 de noviembre de 1939; su familia –no hay otro precedente- dio a la Argentina cinco generaciones de veterinarios (veintisiete; dos de ellos, directores de zoológicos) y autores de tratados; doctor en Ethología General, cursante de las Cátedras y Talleres Libres de la Real y Pontificia Universidad de Salamanca, Valladolid, título homologado por el Unicato de Institutos y Valías de España (UIVE); seminarista cursante –entre otros- del Dr. Otto Feninger (poseedor de seis doctorados y cuatro licenciaturas; ayudante de taller de Konrad Lorenz, de Max Planck y becario de Albert Einstein), del Dr. Ernest B: Vassermann (discípulo de Oskar Heinroth, uno de los maestros de Lorenz), del Dr. Félix Rodríguez de la Fuente (*) y de la Dra. Pilar Erminda Buela Diz; delegado por Sudamérica de la Soc. Ethológica Internacional; miembro del Comité Científico Internacional (ICC), y asesor ethológico de varias instituciones; socio honorario de la Fund. Argentina de Ecología Científica (FAEC); ex vicepresidente de la Asoc. De Instructores Caninos (AIC); disertante de la escuela de auxiliares veterinarios de MAPA; ha publicado más de 2500 artículos y ensayos en revistas, diarios y periódicos argentinos y extranjeros; dictó numerosas conferencias y seminarios.(*) Rodríguez de la Fuente sobre Lerena de la Serna: : "Lerena de la Serna es la única conciencia descolonizada que actúa en la crítica a los discursos de las Ciencias Naturales, y es el ensayista más original que existe entre los científicos ocupados en la conducta animal".¿Qué no es un perro? C 1996, primera edición impresa en 1997, República Argentina; Editorial Libros Ethológicos TE/FAX (021)229243 Textos en castellano. C 1997 by S. F. Grodsinsky & E. C. Lerena de la Serna.
¿El perro se identifica a sí mismo con el nombre que le hemos dado?S G:   El único ser que tiene conciencia de sí mismo es el hombre, sólo él puede realizar la abstracción del "yo soy"; el perro asocia la palabra que le hemos asignado como nombre con una interrelación de entorno, o sea que oírla implica determinados actos: acudir para comer, jugar, salir a pasear, etc. Este sonido tiene más que ver con una acción que con una identificación como nombre propio; tal es así que, cuando esa palabra –su nombre- se emplea hallándose ante estímulos atractivos, por ejemplo jugando, no responde. Por eso es importante que el nombre sea corto, fácil de pronunciar y se lo utilice en situaciones que impliquen actos agradables para el perro; y sería un error el empleo del nombre para retarlo, pues de tal manera dificultamos la creación de una asociación positiva de esta palabra –por parte del perro- y nunca estaremos seguros que acuda al llamado.L de la S:   Sí. Cuando llamo por su nombre a uno de mis perros acude ése, no vienen otros; fuese cual fuera el tono utilizado.Se afirma que, por tratarse de un reflejo condicionado, el nombre de un perro no funciona como tal; pero el de cualquier hombre, en un principio, también se fijó de la misma manera, asociándole a un factor de estimulación. Fue sonido antes de ser concepto y, en muchos casos, su nombre, con independencia del significado universal (¿O quien se llama María, cada vez que la nombran, oye "amarga"? ¿Una Bárbara ha de sentirse "barbuda", además de "inculta, temeraria, cruel y extranjera"?).Con el nombre de un perro pasa lo mismo que entre humanos: no siempre les gusta. Y aquí lo importante es cómo le suena a él, un significado endógeno, de propia fonía; y por eso, su propiedad –sentido del nombre-; de las circunstancias personales de cada quien. No casualmente la frase "me suena" se utiliza para expresar: "Recuerdo ese nombre" o "lo he conocido".En perros adultos que recogí de la calle y adopté, al ignorar cuál sería su nombre anteriormente, les propuse una decena fónica y observando la reacción; sólo cuando la música pareció "sonarles", ese fue el suyo en lo sucesivo. Sin devaneos ontológicos, el sonido nomina, apropia –hace un yo- y, por consiguiente, permite al humano la adquisición del querer (amar con propiedad, negociado verbo).Los perros, al igual que muchos humanos, pueden tener y reconocen circunstanciales apodos, ya producida la pertenencia del nombre. Así, Gött –un dogo alemán mío-, según el caso y sucesos, también se llamaba Gotinguen, Goty, Gutierrez, Gótico, Gut, Godofredo y Gotardo; salvo él, ninguno de los ventipico de la jauría se daba por aludido al llamarle, y los demás, naturalmente, tienen y tuvieron sus apodos (Klaus, por ejemplo, sabe que es Clausewitz, el Guasón, etc.). No se confunden. Ni siquiera hay equivocaciones ante homofonías: Ana y Hayla, Waldur y Wüt, Lillie y Bini. O no más que cuando entre personas un Roberto acudió al grito de "¡Alberto!" y hasta de "¡Luis!".
¿Por qué los perros ladran; es un lenguaje netamente canino?S G:    El ladrido es empleado como medio de comunicación auditiva, fundamentalmente durante la caza grupal. En el resto de las circunstancias, secundando posiciones y señas corporales, se utiliza para subrayar o enfatizar mensajes de interés individual o social; por ejemplo, dar alertas, expresar amenaza, anunciar un descubrimiento, manifestar temores, dolores y alegrías, o sentimiento de abandono, sumisión jerárquica, reclamo sexual o al juego de la cachorrada. Variantes del ladrido son gruñir, quejarse, gaznir y, atávica invocación de la especie, aullar solo o en jauría.L de la S:    La expresión canina básica recurre a feromonas, lenguaje químico, innato, pero que se amplía con la experiencia e inclusive la enseñanza (caso canes buscadores de explosivos). Unicamente los ejemplares gregarios poseen, además, un segundo modo de comunicación, visual y adquirido, que consiste en posturas corporales y posiciones –esquemáticas- de las patas, orejas, labios y cola, enfatizadas con otros signos (pelaje erecto a la altura de la cruz; mostración de dientes; "latir" de las aberturas nasales; etc.). El sistema visual no prescinde del idioma químico, y en algunas expresiones se utilizan ambos; por ejemplo, la actitud corpórea de completa sumisión suele ir subrayada con micciones que "huelen a rendirse", y, bien conocidas son las poses de hembras y machos al orinar, pero, como no bastan las figuras propias de las sexualidades, el pis tiene olor distintivo. Hasta aquí la comunicación intrínsecamente canina.El ladrido, con valor de idioma –no sonido gutural, aunque también comunique-, sólo se aprende al vivir junto a hombres; es una cualidad imitativa, una concesión, un antropismo. Ladran, efectivamente, como también el zorro doméstico criado entre perros y cerca de personas; o al igual que los siberian huskys ciudadanos, hasta guardianes y mordedores de intrusos. Porque no ladran en estado salvaje, y a veces ni siquiera en las jaurías de cimarrones nuevos.El ladrido de caza se dirige a la presa, para darle un susto, pero se trata de un grito y no de un idioma intercánidos. Unicamente las razas que conviven en íntegra domesticidad, y con hombres parlanchines, emplean el ladrido como lenguaje y en función de los humanos, incluso entre congéneres; los spitz, históricamente unidos a esquimales silenciosos (siberian) o al samurai casi mudo (akita inu), no ladran o apenas lo harán, y nunca entre perros; mas, los cusquitos, inseparables del hombre, se la pasarán ladrando y con los mil tonos del intento de habla humanística.... A nosotros está dedicado ese ladrido largo ("gugugugugú..."), que significa "viene alguien"; los cortos, insistentes ("guá guá guá"), para avisar "lluvia próxima y estoy atado sin techo"; y los enloquecedores, agudos y breves, en seguidilla (""guaí guaíi guaíii"), recordándonos "la hora de comer"; o aquellos, mentirosos, para pedir "auxilio" (guauí guauúu"), reconocibles en la falsedad –y que no constituyen un lenguaje perruno- porque, al lado del ladrador, por lo general un cachorro, la jauría duerme a pata suelta.El ladrido, como otras conductas futurarias –y ya lo decía Darwin-, es utilizado por los cachorros domésticos y aun en razas que después, inclusive junto a hombres hiperparlantes, son casi mudas. Me consta. Y en una impronta al revés, serán los cachorritos quienes enseñen a sus padres a ladrar. Estas han sido las conclusiones, de quince años de estudios, de los ethólogos norteamericanos Raymond Coppinger y Mark Feinstein, del colegio Hampshire de Amherst, de Massachussets, quienes en 1993 confirmaron las teorías del ethólogo ruso Dimitri Belyaev criador de zorros y lobos ladradores.Que el ladrido se vincula con la función doméstica –los intereses del hombre-, lo dice su etimología: "Ladrar, voces de los perros avisando de un intruso; del L. Latrare, de latro, ladrón". Y a la inversa, es lógico que los cánidos salvajes no ladren: cazadores furtivos dependen del silencio.
...Se las mencionó varias veces, pero, ¿qué son exactamente las feromonas?S G:    Son sustancias secretadas por los organismos, las cuales actúan como mensajes químicos; sirven de medio de comunicación entre los individuos a través del canal olfativo. Contienen información que permite el reconocimiento entre éstos, rango jerárquico, sexo, receptividad sexual, miedo, etc.L de la S:    Así se denominan a las señales y mensajes odoríferos, signos formados con los olores de diferentes sustancias y que resultan de procesos psicosomáticos. Las feromonas se emiten mediante glándulas, que obedecen a determinados deseos –por ejemplo, el sexual- o como efecto de recepciones feromonales de otros seres (Un caso: Al convivir varias hembras, de ponerse una en celo –lo anunciará con feromonas-, es muy común que se produzca el estro en las demás. Otro caso: El perro de caza, al captar las feromonas de su probable presa, consigue ubicarla en su escondite; salvo que ésta, al percibir a tiempo las feromonas del cazador, huya a distancia suficiente. Otro: El perro huele las feromonas de un intruso, sus olores de temor, y activa el ataque).Como ocurre con el sistema de comunicación visual, donde hay posturas provocadoras y posiciones apaciguantes, existen sustancias químicas feromonales excitadoras (compulsoras o atrayentes) y bloqueadoras (inhibidoras o paralizantes). Las excitantes –a la lucha, a la caza, a correr, al sexo-, se denominan simpáticas; las bloqueadoras, si producen indiferencia, son apáticas, y las causantes de rechazo reciben el nombre de antipáticas. Funcionan por medio de quimiotransmisores (sudor, orín, fluidos genitales, etc.) y quimiorreceptores; estos últimos, a través de cilias –pelitos- que el aire mueve en el interior de la nariz- "levantan" el olor (las feromonas) y, con unos filamentos nerviosos, llamados dendritas, mandan las señales al vomeronasal (en el hipotálamo), órgano donde se seleccionan, reordenan, convierten en "imagen" y memoria activa provocando la réplica psicosomática.El vomeronasal fue descubierto por los anatomistas hace tres siglos, pero su utilidad y funcionamiento se supo en 1940: Lo suficiente para que los veterinarios castradores me expliquen, si no amputan también el vomeronasal, cómo evitan la captación de feromonas y el consiguiente sufrimiento psicológico de sus Farinelli.
¿Los perros sueñan?S G:    Sí; como dije, presentan la fase MOR, indicativa del sueño con imágenes y otros sentidos de reproducción onírica.L de la S:    Todas las especies que juegan... sueñan; y al revés. Es el caso de los caninos, aun al costo de ocasionales pesadillas (respiran intranquilos, tiemblan y gimen). La exteriorización ha de permitir conjeturar algunos de sus sueños: que corren – el más frecuente y largo (hasta tres minutos; disfrutan, según las apariencias) -; que combaten, atacando o defendiéndose (sueño muy corto, según las apariencias); que excavan, veloces –seis o siete manotazos, interrumpen, y repiten la acción dos o tres veces (al despertar giran la cabeza hacia la cola, mirando, dan un suspiro sonoro y vuelven a dormirse. Ese día ya no habrá otras "excavaciones").En otros sueños, breves, gruñen, ladran y, muy comunes, tiemblan en seguidilla (particularmente los miembros posteriores), o varían el ritmo respiratorio como si ensayaran diferentes formas de exhalar. En cachorritos soñando observé: temblores; sacudimientos súbitos; "volteretas" corporales o saltos yacentes hacia atrás; miniaturas de riñas (encantadoras; con gruñiditos valerosos y bocadas sin dientes); y mucho mamar al aire y el regodeo canturreado.Una tarde, en un camino de campo, en Escobar, vi la falsa muerte de un perro vagabundo: se distendió –el clásico "estirar las patas" póstumo-, lanzó un quejido agónico y, para mi sorpresa, incorporándose, salió corriendo como si huyese de la muerte real, ¡aterrorizadísimo! ¡pesadilla horrible, la del infeliz!
¿Incide también la comida en la conducta general del perro?S G:    Sí, pues los alimentos deben ofrecer una nutrición adaptada y diferenciada según las edades y funciones del perro, y la conducta, para expresarse, requiere de la necesaria energía. No es lo mismo, en cuanto a requerimiento, alimentar a una perra con lactantes, o a un cachorro, o a un galgo de competición, o a un tirador de trineos... Cada caso exige nutriciones diferentes. El alimento es condicionante del estado físico del ejemplar y, por ende, de su conducta como respuesta al ambiente y a los moradores del entorno.L de la S:   Absolutamente. Los animales somos también lo que nos permite la comida. Pese a las muchas ventajas de los cocidos extrusados, por salud y comodidad, reconozco la estupenda relación carne-carácter; y conste que, en Argentina, fui de los primeros en alimentar a los perros con balanceados (el antiguo y polvoroso Purina-Ladrina, en 1963; el viejo y ahogador Ganacán, en la década del ´80), y nadie discute las mejores a partir de entonces, pero... la conducta general pide –después de comer- un poco de churrasco y diente.¿Podría leerle una cosa de Seignobos? El historiador francés, al describir la dieta de los perros de combate del circo romano, dice: "Diariamente se les suministraba una escudilla –algo menos de ½ k. de carne de toro o de león, una escudilla de tuétano vacuno, una carcaza de gallina, un canil –o pan de perro, en piezas de 700 g. de harinas horneadas de trigo, centeno y grasa-, dos cucharadas de miel, una de aceite de oliva virgen y un diente de ajo". Agrega: "Aquellos perros de conducta feroz, y entre 100 y 140 k. de peso, dos veces por semana recibían un fémur de buey o un trozo de cuero para fortalecer la dentadura".Respecto a los cachorros, Seignobos escribe: "El destete de los mastines de pugna era temprano, a los veinte días, variándose la leche materna por una escudilla diaria de sangre de toro o de león, otra escudilla de avena cocida y requesones, e incorporándose paulatinamente un molido de carne vacuna; desde el día 64 de su nacimiento, la alimentación no se diferenciaba de la de los adultos". ¿Interesante, no?
Al enseñar la Defensa y el Ataque muchos instructores dicen invocar al "instinto de caza" del perro, pero, ¿la caza es un instinto?S G:    Si analizamos algunas de las características de lo que denominamos conducta instintiva nos encontraremos: 1) dicha conducta debe tener relación de sentido, es decir, debe ser en servicio propio o ajeno (pero vincular); 2) ha de tener cierto ritmo, aunque sea referido a situaciones lejanas en el tiempo o no haya vivido situaciones análogas; 3) debe ser importante para la especie, aunque no lo sea para la experiencia del individuo; 4) será innata y hereditaria (esto no significa que debe entrar en juego al instante de nacer, sino correlativa a determinados períodos del desarrollo y la madurez); 5) y como es independiente del número de ensayos realizados por el animal, puede decirse que "está listo" de antemano. Hasta aquí no se contradice con los postulados de la caza. Ahora bien, la Ethología sostiene que la caza no es instintiva y, cuando se le pregunta a algún ethólogo por qué los perros salen disparados hacia cualquier animal u objeto moviéndose rápidamente responden: "es para jugar". No estoy de acuerdo con esa explicación. Quizá la respuesta tiene una solución hallada por el filósofo Max Scheller, quien sostuvo: "El instinto puede, sin duda, especializarse por obra de la experiencia y el aprendizaje, como se ve, por ejemplo, en los impulsos de los animales cazadores, en quienes es innato el instinto de perseguir a una presa determinada, mas no el arte de practicar esta caza con éxito". De ahí que sea posible a través del adiestramiento el encauzar una actitud predatoria para la enseñanza de la Defensa y el Ataque.L de la S:    Abreviaré: Sí la caza fuese instintiva, el instructor estaría de más; los instintos no se enseñan, existen o no existen, son hereditarios. Tampoco la garra hace al cazador, y es su conducta la que hizo la garra. Un gato al cual la madre o un congénere no le enseñaron a cazar muere de hambre en un mundo de ratones. Y porque constituye una conducta adquirida –un troquelado- puede ser enseñada.Los dos instintos básicos –la agresión y la fagocitación- actúan en las predisposiciones y, muy particularmente, en los actos e imágenes reflejas; de ahí que, obra de la casualidad, un comportamiento agresivo al producir sangre (cuya visión desencadena impulsos fagocitarios) podría convertirse en un autotroquelado y, a partir de una circunstancia azarosa, incorporarse como conducta (sistema de ensayo y error, que incluye las adquisiciones por accidente), pero un instinto no se añade, está o falta.El figurante consigue, a través de provocaciones (gritos y la amenaza de la varita), desbloquear el impulso de agresión –que alienta con un simulacro de fuga- y su acto reflejo de perseguir-atrapar-morder, insuficiente –por no haber sangre- para la asociación al instinto fagocitario y sus actitudes reflejas (morder-tragar-digerir e, incluso, evacuaciones). El perro no come la manga. "Caza" suena mejor que Ataque, tranquiliza al cliente. Spencer dijo "Los pueblos pocos religiosos, los que adoran el dinero, niegan la lucha y sólo se permiten la agresión de la caza".
¿La vejez puede privar de jerarquía al perro dominante de un clan?S G:    Casi siempre el dominante mantendrá su posición jerárquica hasta que le llegue la muerte. Estoy hablando de perros que viven junto al hombre, pues en estado salvaje la dominancia podría perderse ante un desafiante más apto.L de la S:   Sí. La jauría es una Comunidad de Destino, y el futuro siempre está haciéndose. Los grados jerárquicos, inseparables del interés del grupo –y en suma, de la especie canina-, ni se heredan ni son ajenos a la función. Manda quien impone su jerarquía. No existe Naturaleza sin lucha; a imagen de tal principio, con escalones de combatientes, los perros llegaron hasta aquí. Y como para soldados los viejos resultan inservibles –y Darwin no inventaba-, la jauría tiene por armonioso orden el vivir en pie de guerra. Si respetan incluso al hombre anciano, alfalíder de la jauría en domesticidad, y se comprometen al gobierno vitalicio (de la jefatura humana), es porque los conduce mediante la juventud de lo indescifrable, sacerdote de mecanismos que le confieren un poder atemporal: ¿cómo enciende o apaga las luces?, ¿cómo produce o extingue al fuego de la cocina?, ¿cómo logra que el agua surja de una cañería seca?, ¿cómo cierra una puerta, inabrible a veces?, ¿cómo obtiene sin caza la comida que reparte a diario?, ¿cómo aplaca el dolor? (algunos misterios caninos acerca del poder del hombre). Subordinados por la admiración incesante, no por la costumbre o sólo la fuerza, la jerarquía del jefe ya viejo sigue joven. En tal naturaleza, ni siquiera se discute el liderazgo segundo del perro alfa envejecido que, entre cimarrones, habría perdido toda autoridad; aquí manda el más brujo, y mientras el enigma dure, el destino comunitario depende del de mayor antigüedad en los misterios: el hombre.
¿Entre perros domésticos hay luchas a muerte?S G:    El comportamiento y las peleas entre perros salvajes están altamente ritualizados. Es decir que, ante situaciones de conflicto, una serie de acciones –con significado ya conocido previamente- ponen fin a la lucha para evitar el combate hasta la muerte. Esto se presenta en tres etapas definidas: 1) la amenaza; 2) el ataque propiamente dicho; y 3) el apaciguamiento mediante una postura de sumisión (presentación de la zona ventral y cuello al vencedor) para aceptar la derrota y evitar la muerte. Este comportamiento es útil a la especie, pues con cada conflicto –y no son pocos los que se presentan- el costo de vidas produciría, al cabo, más muertes por situaciones internas de la manada que por peligros externos. Pero, tal conducta –que la madre enseña a los cachorros y se reafirma en la vida de la jauría- no está tan claramente definida en los perros domésticos; quizá suceda entre ejemplares de larga convivencia, pero con extraños posiblemente la lucha podría ser a muerte; hay que tener cuidado y no confiar en los bloqueos naturales, propios de otras circunstancias y vínculos.L de la S:    Sí, y hablo de muerte durante la lucha, no por infecciones posteriores sino a causa de mordiscos mortales. Nunca asistí al fatal desenlace en mi jauría doméstica, pero sólo porque separé a los contendientes, con fracturas y heridas espantosas; de no haber intervenido hubiesen muerto: Recuerdo el combate entre Franz, un boxer, y Hugo, mestizo de bobtail (una medianoche, regresando yo a casa, al desear saludarme de manera exclusiva); y la carnicería, más que pelea, entre Max, enorme mestizo de galgo español y criollo, y el gordo Tod, bulterrier temible (una tarde de lluvia, en City Bell, cuando el bull saltó la altísima reja de su canil y, enfrentando a su eterno provocador, expuso costillas al aire... Logré, a tirones, trasladarles 20 metros y arrojarlos a la pileta de natación, donde continuó la lidia, en pleno temporal, hasta que el ahogo y el cansancio quiso ayudarme); o, aunque en miniatura, los duelos entre Alte y Klein, dos cuscos peleones (también en City Bell) y viejísimos; o, despareja, Klein contra Fridolín, pitbull, lucha que terminó –separándoles- con el primero transformado en piltrafa (patas rotas, cola seccionada, heridas incosibles), milagro de supervivencia......Los combates de hembras fueron los más sanguinarios, porque en sus códigos no se incluye la rendición (como entre los machos caninos) y, al separarlas, la pelea continúa hasta la eternidad. Hubo pocos casos de reconciliaciones (Ana, siberian, que aceptó la dominancia de Lillie, akita) y todas combatieron con todas: Bauch vs Vüt, dobermanns ambas; Bauch vs Bär, mestiza tipo ovejero (no menos de 15 veces); Ana vs Hayla, también siberiana; Hayla vs Lillie; Lillie vs Bini, pit (rotunda y veloz victoria de la akita), etc. Una riña impresionante, por sus circunstancias, fue la de Siracusa, bullmastiff, contra Lillie, aprovechando que la akita intoxicada por un fosforado se hallaba babeante y en plenos temblores; a pesar de la parálisis momentánea, y la diferencia de peso (38 k vs los casi 70 de la agresora), la akita se impuso bravamente y conste que Siracusa luchaba como un león y en pos de un liderazgo inclusive merecido (no permití el segundo round; las dos hubieran muerto, lo más probable). Un combate insólito ocurrió una vez, al cortar Bini su cadena, y sin darme tiempo –vi el inicio a unos 50 m de distancia-, arremeter silenciosamente sobre Klaus, también atado, macho siberian y líder de la jauría; sorprendido, porque jamás una hembra siquiera le había pisado su sombra, la pitbull lo aferró por el cuello, salvándole el collar, y ahí el jefe, apresándola de la cruz, sacudiéndole al modo de una cachorrita, la puso de espaldas y la retuvo contra el piso hasta conseguir una rendición de toses y orines... ¡Ni una gota de sangre, y vaya si era una lucha a muerte!Con animales de mi jauría y callejeros, sí presencié encuentros mortales: Franz, boxer, versus un pastor alemán que lo atacara (y muriese desangrado), versus tres mestizos acimarronados (dos muertos), versus dos ovejeros alemanes (un muerto y uno gravemente herido); Klaus, a los siete meses de edad, atacado por un mestizo de ovejero y boxer (corte de yugular y muerte), y versus un dobermann trucho (Igual desenlace). El observar, sin poder intervenir, produce una extraña sensación; y he vivido esas muertes con gran respeto.
¿Qué otras razones producen las peleas de perros?S G:   Podríamos agregar la agresión redirigida, presente cuando un estímulo externo imposible de alcanzar provoca la pelea de perros que conviven, típico ante la presencia de otro perro o de una persona extraña –en el frente de la casa o del enrejado-; las agresiones propias de las épocas de celo; una separación prolongada de dos ejemplares, factor de riña en el reencuentro; el regreso del humano al hogar, y su atención privilegiada hacia uno de sus perros (aunque no fuese real), etc.L de la S:   Además de las referidas, puntualmente hay circunstancias y momentos peligrosos: media hora antes de comer y hasta el reparto de las raciones, alegría que se puede convertir en un combate inoportuno (todo juego en ese período desemboca en la agresión); las personas de visita, en especial las gentes a las cuales "les gustan los perros" –efusivas y acariciadoras- o las personas con voz de pito o muy gritonas y afectas a los ademanes son, siempre, causantes de peleas; los niños que, como es natural, dirán después no saber las razones de la riña desencadenada; animales –vacas, caballos y perros- o ciertos transeúntes (menesterosos, ancianos o una patota) también resultan un motivo de violencia, porque las situaciones provocadas por el mundo exterior próximo, al no solucionarse allí, se dirimen dentro de la jauría (terminan peleando entre ellos). Otra causa, muy común, es la de reprender a un ejemplar en presencia del grupo y, mucho más, si el dueño recurre al palmetazo: Bastará para que acudan todos a "ayudarle" y, tras la simbólica paliza de líder, la amonestación se transforme en batalla campal. Como puede advertirse, las "razones" sobran y, a partir de tres perros, el número de luchas por la jerarquía ha de multiplicarse hasta el infinito...
¿Está de acuerdo con la castración canina?S G:   No; los trastornos que produce a nivel conductal son irrecuperables. Al decir del cinólogo Jorge Sintes Pros: "La castración es el medio más draconiano y vejatorio de quitar la personalidad, la fuerza viva al animal, convirtiéndolo en un ser gordo, blando y anodino". Se trata de un método que amputa no sólo los genitales sino también lo que más admiro de un perro: su comportamiento instintivo.L de la S:    No. Los castradores parecen ignorar que existen anticonceptivos orales e inyectables, traslativos de celo, desodorizantes y anaferomónicos, pesarios y diafragmas, dispositivos intrauterinos (el DIU, precisamente, se experimentó diez años en perros de raza beagle para conocer su efectividad y efectos colaterales, protocolos previos al uso en humanos, así que no asombre el "espiral" canino) y, tajantes –sin alteración de la psique-, ligadura de trompas y vasectomía, además de abortivos... Los castradores, al parecer, desconocen la función del vomeronasal y que, naturalmente, luego de la cirugía de testículos u ovarios, sigue recibiendo las feromonas, los reclamos sexuales, hasta el fin de los días; al parecer, ese órgano –descubierto hace 300 años- no figura en los apuntes de la facultad que les dio licencia para ser tan cortantes y tan brutos... Los castradores, parece, ignoran que los perros sueñan; que ni la oniria ni los instintos se destruyen con el bisturí... Los castradores, al elegir el eufemismo de "esterilización" para no llamar al dolor por su nombre, parecen desconocer que el idioma los acusa allí donde se esconden: Esterilizar viene del griego stéreoo, privar, y ésta, de la palabra stygós, "odio, aborrecimiento grave", y cuya raíz etimológica repite el vocablo stygma, "estigma, desoro, afrenta, infamación, signo difamante, marca de crueldad"......Las patologías somáticas y conductales del castrado llenan un libro y vacían a un ser; el castrador, aparentemente, desconoce las sumas y restas (excepto las de Malthus); paradójicos, se oponen a la otectomía y a la caudectomía –corte de orejas y de cola- porque "no adhieren a la mutilación". Konrad Lorenz dice: "Que la gente castre a sus mascotas y además excuse el hecho en razones científicas demuestra el grado de perversión y cinismo; no sólo es la nuestra una cultura depravada, sino científicamente depravada". Y los castradores lo leyeron, pero, parece, no les importa.
¿Por qué los perros se huelen los genitales?   S G:    Los genitales, al emitir feromonas, permiten obtener información acerca de diferentes aspectos de cada ejemplar: sexo, madurez sexual, si está o no en un período fértil (tratándose de una hembra), rango jerárquico, etc. Al olfatearse los genitales el uno al otro, por acto reflejo sobreviene una conducta: dejar una señal de orina, y con esta marcación otorgar y conseguir las informaciones requeridas –de mutuo interés- en lo inmediato y aplicable a los destinos de la especie. Los datos de sexo y jerarquía indicarán si se hallan en presencia de un rival, o de un subordinado, y las posibilidades de relaciones amorosas, o frente a un probable socio, o un congénere "amigo" –a quien conoce-, o sólo ante un perro transeúnte y con aventuras cruzadas. Cuando alguno no encuentra un mensaje en la marca del otro ejemplar, queda eximido de responder levantando la pata y describirse con su orina. El olfateo también comporta un ritual, y un saludo de cortesía entre caninos.L de la S:   Ya vimos, respondiendo la pregunta anterior, que "husmeando se conoce a la gente" (aunque no asuma sus secretos). Y anteriormente, al referirme a los ladridos, observé que la comunicación canina básica se establece utilizando un sinnúmero de olores –segregar = secretar-; la otra, la de posturas rituales, corresponde al dominio público. Las claves últimas del idioma con sustancias químicas sólo las conocen los perros y, para un canino, tiene significado un olor que, a pesar de su exactitud, otros animales a veces ni siquiera perciben.Al husmear los genitales –el mensaje escrito con la cursiva de las secreciones-, se produce la presentación: Sexo, edad, jerarquía y, acaso, de creerle a Jack London como yo le he creído, también nombre y procedencia. Ni que añadir, este mensaje denuncia –y quizá anuncie en esa oportunidad- la disposición lujuriosa del portador. Ambos se olfatean, sin apuro, en un rito de averigüe; de la lectura química a de salir un oponente, o un cómplice, o un dominado, o el compañero de correrías y, tal vez, un amor de bodas momentáneas, necesariamente un ajuste de Destino. ¿Si no en los genitales de cada cual, donde encontraríamos la historia –pasada y venidera- del individuo y su especie? (válido para el hombre, que perdió narices). Allí está todo. Y, suerte de perros, todo consigue ratificaciones: El acto de olfatearse concluye en orinas confirmadoras o el hus-meo más elocuente.
¿La conducta maternal de la perra es instintiva?S G:    Durante mucho tiempo se pensó que el comportamiento maternal era el mejor ejemplo de conducta instintiva. Esta noción empezó a ser refutada para la especie humana, al evidenciarse fácilmente la influencia de las tradiciones y de las clases sociales en la génesis del comportamiento materno. Los ethólogos demostraron, además, que las monas primíparas raramente consiguen criar a sus hijos, pues les prodigan cuidados inconstantes y desmañados, siendo difícil la sobrevivencia. Esto también ocurre con los caninos, porque la conducta maternal no se rige estrictamente por la herencia genética sino que necesita un plus de aprendizaje. Fue comprobado que las perras primíparas, tras dejar morir por su impericia a los cachorros de una lechigada, tienen mayor competencia en las camadas ulteriores.L de la S:    No existe el instinto maternal, y menos todavía el "instinto progesterónico" imaginado por el Dr. Juan Enrique Romero para dar un toque cientificista a su maestrociruelaje. La maternidad es una conducta que se adquiere, un troquelado; hay demasiados ejemplos en la Naturaleza y, de querer citarse algún "instinto" químico sonaban más creíbles los ancestros de la ... oxitocina. Mas, este comportamiento no surge de los antepasados –ponedores de huevos- y tampoco de alguna tatarabuela "inyectable" con virtud drogona; se aprende, aunque fuera a los apurones y mediante el falible método de azar y error, o –las perras afortunadas- a concurso de una comadrona de la jauría, o de un veterinario, en fin, de quien la ayude....Dispone, sí, del instinto fagocitario –que ¡vaya si existe!- para comer placentas, cordones umbilicales, lamerse y limpiar a sus criaturas (ingiriendo, incluso, las cacas y pises de los cachorritos); se produce, casi actitud instintiva, una inercia simbiótica para unirse a su prole, y el catatonismo con que la cubre (abriga y defiende) abreaccionando el stress. Por su parte, los cachorros –también por instinto de fagocitación y simbiótica térmica- completarán la conducta.Pero el milagro desborda las explicaciones mecanicistas. Que no sea instinto convierte a la maternidad en sublime creación y hecho único.
¿Se conoce alguna ocasión en la cual los cánidos traten a los adultos como cachorritos?S G:   Debemos recordar que la especie canina mantiene en la etapa adulta –como modo de interrelación social- comportamientos lúdicos, y si observamos la secuencia del juego advertiremos que presenta los mismos componentes empleados con y entre cachorros, de donde se infiere la importancia de esta actividad en la estructura de las reglas jerárquicas, como inhibidor y canalizador de agresividad y para la persistencia de la cohesión dentro de la jauría.L de la S:    Hay varias; una es la del líder, aceptando el besuqueo sumiso de un inferior (este beso en la boca, actitud ancestral, equivale a la conducta del cachorro salvaje reclamando el vómito nutricio a sus progenitores), comportamiento que inhibe al jefe y evita la pelea, pues ningún alfa-más adulto ataca a un párvulo y, el de menor jerarquía, al pedir alimento (de manera simbólica) se convierte en cachorrito. Otras circunstancia, entre lobos y cimarrones (de segunda generación o más), ocurre al ser herido un integrante de la jauría combatiendo contra una especie agresora o cazando: En tal caso, el grupo lo alimenta –abrevándole, inclusive, con regurgitaciones- y protege como a un pequeño (no sucederá así en los heridos por luchas internas o raíz de accidentes, enfermedad o vejez). Una ocasión común se produce al manifestarse el estro, ya que algunos machos permiten a la novia insolencias reservadas únicamente a los cachorros: el robo de comida, el traspasar u ocupar zonas de su dominio, etc....Raro, pero posible, es el comportamiento tolerante de dominadores de territorio para con cusquitos adultos: Los dejan ingresar y salir, comer sus huesos o de sus platos, seducir a las hembras casadas... Esos "cachorros" son un desafío a la Ethología...
¿Por qué los perros saludan a su amo parándose en dos patas?S G:    Este tipo de saludo es un comportamiento ritualizado con que el perro testimonia su alegría al ver llegar a una persona conocida. Sin cuestionarnos en qué grado el dueño fomenta la conducta –incitándole a pararse o subir sobre el regazo para jugar y, al acariciarlo, contribuye a la creación del ritual-, esto no explica el por qué de una actitud generalizada en todos los perros...Con anterioridad comenté que tanto perros y hombres tienden, de manera espontánea, a modificar sus posturas para facilitar los mecanismos de la comunicación, resulta entonces sugerente que en el momento de mayor correspondencia afectiva con el amo, como es el saludo, el perro adopte la verticalidad humana: signo éste de afirmación del Yo, según varios ethólogos.L de la S:    Más allá de falsos motivos que tranquilizan tanto a los fisiologistas como al conductivismo pedestre, existe una razón jungueana: es la postura del Ego. El perro que saluda así, no sólo lo hace imitando a su líder, sino con la actitud sentida de quien se considera un igual: individuo y ligado a otro (también las personas educadas saludan de pie a sus semejantes, y cuanto más a superiores en jerarquía). Si en las jaurías de cimarrones y lobos únicamente los alfas asumen la posición rampante verticalizadora –signo del Yo triunfal (del que no está por debajo)-, el perro doméstico de-muestra su elevación, y no en cualquier circunstancia: en el saludo, deseo y acto de salud –según la etimología-, señal de quien se incorpora (erguirse y sumarse voluntariamente). De tal manera el perro doméstico manifiesta con su vertical: "estamos a un mismo nivel", "mi cara (el Yo) junto a la tuya", etc.El desarrollo de neocortex, y muy en particular de los lóbulos frontales, ha sido consecuencia de la postura erguida –ya ninguno lo discute-; los perros contiguos a humanos, cuando se yerguen, literalmente suben en su escala zoológica, en inteligencia y en individualidad. Y al revés, los seres con columnas vertebrales horizontales tienen un Yo colectivo (el de la manada o el rebaño, cuerpo del cual constituyen las células); en esta teoría estoy trabajando desde 1981...
¿Por qué el perro "da la pata" casi naturalmente?S G:    La convivencia de especies distintas propende a encontrar canales de comunicación, y entre ellos se utiliza el idioma gestual. De este modo, los perros que viven en estrecha asociación con el humano levantan su mano para solicitar comida, caricias, etc.; acto equivalente al del hombre que extiende el brazo con las palmas hacia arriba en señal –utilizada universalmente- de solicitud (gesto del mendigo). De igual manera, el hombre adopta –también en forma natural- la postura de invitación al juego canino, agachándose y golpeándose las pantorrillas con sus manos, equivalente al descenso del tren anterior del perro y su golpeteo en el piso como incitación lúdica.L de la S:    Es una actitud adquirida por convivencia, otra concesión al humano, como ladrar: conductas inexistentes en los perros salvajes y lobos, pero que persisten en los cimarrones –demostrando interés de la especie para con las costumbres domésticas aprendidas- pues obran a favor evolutivo. El cinólogo español Eduardo de Benito coincide: "Dar la pata es un gesto incorporado junto al hombre; el perro primitivo desconocía este proceder".Contribuye a la adquisición comunicacional el hecho de que las plantas manuales de los caninos son receptores muy sensibles; agrado de caricia, por añadidura.
Pelín extenso....
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Kachinvo

Kachinvo

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2539 mensajes
Publicado: Thursday 14 de March de 2013, 21:21
Antes de leermelo ya me surge una duda... el libro era electrónico o has transcrito todo??  
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AndreaValois

AndreaValois

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1564 mensajes
Publicado: Thursday 14 de March de 2013, 21:23
Jajajaja, yo me estaba preguntando lo mismo xDDD.Me lo acabo de leer todo y resulta muy ameno e interesante, ¿hay versión online Sparrow o mejor lo compro? xD
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Myxo

Antiguo Usuario
Publicado: Thursday 14 de March de 2013, 21:28
No me he leído todas las preguntas, lo reconozco, he ido a las que me parecían más interesantes xD. Pero me ha sacado alguna sonrisa, sobre todo cuando cuentan sus anécdotas personales  
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Titulo: ¿Qué no es un perro?

ittm

Antiguo Usuario
Publicado: Thursday 14 de March de 2013, 23:27
Antes de leermelo ya me surge una duda... el libro era electrónico o has transcrito todo??  
No, no, hasta ahí no llego  :lol:Después de varios links fallidos y fragmentos sueltos encontré el libro completo en voraus, pero está fragmentado y paginado, así que me lo pasé todo a un documento de word para leerlo todo seguido.... manías  
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