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Publicado: Wednesday 16 de May de 2012, 22:58
No sabes cómo te comprendo: hace año y medio tuve que llevar a mi Pinky a ponerle la inyección para que dejara de sufrir porque tenía muchísimos dolores y la operación hubiera sido muy grande, así que preferí aliviar de una vez sus sufrimientos. Aún la lloro, sigo echándola de menos y el hueco que ha dejado en mi casa y en mi alma es tan grande que no habrá nada ni nadie que lo llene.Tenía 17 años y medio y llevaba conmigo desde que me cabía en la mano, recién destetada. Para mí era la más preciosa, no había perro más bonito que ella. Era mi niña y siempre lo será, la sigo nombrando y la sigo llorando, y no sé hasta cuando, pero creo que será por siempre. Era perfecta.Era la única perra que tenía, y cuando murió dije que no quería más perros en casa, pero al final volví a caer en la tentación y hace mes y medio fui a una protectora y adopté a Cuqui, en mi foto de perfil la puedes ver en mis brazos, en las instalaciones, el día que la adopté. Gracias a ella vuelvo a sonreir y a tener ganas de salir a la calle, aunque solo sea para sacarla.Ahora es demasiado pronto para decirte que no llores, y precisamente soy yo quien menos puede decírtelo, porque hoy mismo la he vuelto a llorar. Sólo te digo que, con el tiempo, esa pena, aunque no se te irá, al menos irá disminuyendo.No te puedo comentar experiencia en visitarlo en el cementerio porque yo no puedo hacerlo: mi Pinky fue incinerada con más perros y no pude recuperar sus cenizas. De lo que sí estoy segura es que sigue en casa y cuando me llegue a mí la hora, cruzará de nuevo el arco iris canino para darme la bienvenida al otro mundo como me la daba en casa cuando llegaba y me hacía las fiestas que me hacía.Sé lo que habrás llorado al escribir el post, como yo lloro ahora mismo al recordar a mi niña, pero piensa una cosa: están ahora mejor que nosotros, porque a ellos se les han acabado los sufrimientos.Te doy mi más sincero pésame. |