¡Adicto Total!
7120 mensajes
|
Publicado: Saturday 14 de January de 2012, 11:26
Bueno, esta es una historia que leí en otra web de perros cuando era pequeña, no si si es cierta, si es falsa, tampoco tiene autor, solo se que merece ser leída.A TI, MI QUERIDO AMO Mi entrada en ese lugar fue indescriptible; todos hablaban decidiendo mi suerte; todos decían que sí; pocos o nadie decía que no. y por fin, mi suerte fue echada, fui abandonado en ese lugar que creo que los humanos llaman “perrera”. ¡Las puertas se abrieron! Yo sentí un miedo espantoso. No quería entrar, y con la cola entre las patas, aullaba, tratando de que tú, mi querido amo, dieras marcha atrás y que me regresaras a casa. Al parecer tú no entendías, no te debas cuenta del enorme sufrimiento que me causaba el pensar el no ver a mi familia. Yo pensaba: “¿Porqué me haces esto? No he mordido a nadie, he tratado de no ladrar tanto, siempre te espero hasta la hora que tú llegas y con meneos de cola y lengüetazos te demuestro el amor que te tengo.” Y por más que pensaba y pensaba, sólo llegaba a una conclusión: ¡no entendía por que me abandonabas!. Poco a poco trataste de tranquilizarme –y lo que lograste mi querido amo -, por que tú voz era para mí como un bálsamo capaz de calmar cualquier angustia. Me dijiste que no tiviera miedo, que ibas a regresar por mí, y que nuevamente volveríamos a estar juntos. Eso basto para que mí alma de perro ya no albergara ningún temor, y entonces me dije: “Ya ves, Lobo, estas exagerando. Entra, tienes que demostrarle a tu amo que confías en él y que valientemente esperaras el momento en que regrese por ti.” Y así lo hice. Recuerdo que una vez que estuve dentro, vi a muchos de mis hermanos perros, muy angustiados, y a otros que indiferentes sólo miraban entre ellos se decían: “Mira, uno más que vienen a abandonar.” “Te equivocas” –conteste- “a mi no me van a abandonar.” Mi amo volverá por mi, el así me lo prometio y nunca me ha fallado, y para que vean que los quiere ayudar, le voy a pedir que saque de aquí también a muchos de ustedes para que vean que lo bueno y noble que es mi amo”. Estábamos en eso cuando bruscamente fuimos interrumpidos por una enorme soga que mi cuello, y con palabras que nunca en sus labios había escuchado, fui arrojado a una jaula en donde yacían cuerpos famélicos que parecían no tener vida. Entonces me dije: “Deben haberse equivocado de jaula, por que esta debe corresponder a algunos de mis hermanos que quizá han librado una larga enfermedad y están recuperándose para volver a casa. ¡Sí!, eso debe ser”. Y trate, amo, de buscarte para que ordenaras que me sacaran de ahí; y te busque amo, y ¡te busque!, pero tú, ya habías desaparecido... Pasaron los minutos, las horas, los días como una lenta agonía que poco a poco me hacia perder la esperanza de volver contigo. Pero necesitaba verte, aunque solamente fuera una vez más, y eso, me mantenía con vida. En esos días, miles de recuerdos se agolparon en mi mente. Me vi desde cachorro cuando tú, mi querido amo, me rescataste de ese lugar frío y sucedió en donde por última vez vi a mi madre, a la que casi no recuerdo. Me llevaste a casa; todos me recibieron con mucho cariño, ¡hasta me subieron a las camas! Y así fui creciendo, rodeado de mi familia, y ¡Que era todo y lo único que tenia! Y conocí contigo la lealtad y la felicidad de tu compañía. Recuerdo que después no me permitían ya la entrada a la casa, seguro por que tenían miedo de pisarme. Hasta con eso demostraban el gran amor que me tenían, y que siempre guardare en mi corazón. Una noche oí que gritaban, y aunque no lograba entender todo lo que decían escuche varias veces mi nombre después ya no supe lo que paso, sólo recuerdo que tú, con palmadas en mi cabeza me decías: “Tranquilo, Lobo, todo va a salir bien, yo no voy a abandonarte, te lo prometo mi querido Lobo”. Y yo, con meneos de cola, agradecí tus palabras aunque no lograba comprender que era eso que ustedes los amos llamaban “abandono”. Y cuando lo supe, amo sufrí intensamente sin verte, sin percibir tu presencia que me hacia tan feliz; sin sentir tus caricias sobre mi cabeza, ahora tan dolida por tantas mordidas que he recibido de mis hermanos, que al igual que yo, estaban angustiados por que nadie viene por ellos. De pronto, mis cavilaciones fueron interrumpidas; llego este señor a quien todos nosotros le temíamos. Entro a la jaula con un lazo en la mano y todo nos arrimamos como si quisiéramos fundirnos en uno solo... pero era inútil, y uno a uno eran arrancados de la jaula. Después todo quedaba en silencio. Todos nos mirábamos atemorizados, sin saber cual seria el siguiente pero seguros que a cada uno de nosotros llegaría el turno. Nunca volvimos a ver a todos aquellos que salían...¿qué pasaba con ellos?. No lo sabíamos, pero mi instinto me decía que no era nada bueno, y me aterraba que llegara ese momento. Y mi turno llegó. Fui arrastrado a un cuarto frío y oscuro. Cuando me metieron, había muchos hermanos, y aullando, unos trataban de salir por esa pequeña puerta que fue bruscamente cerrada, cuando yo entre. Yo solamente miraba no sabia lo que nos iban a hacer. De pronto de mi cuerpo se apodero un pánico que nunca antes había sentido y comencé a aullar junto con mis hermanos. Me empezó a faltar el aire, mi corazón latía rápidamente, la orina, se escurría entre mis piernas sin que yo pudiera evitarlo; empece a sentir mi cuerpo convulsonándose en dolorosos espasmos; de mi hocico comenzó a brotar mucha espuma que hacia aun más difícil poder respirar... ¡Todo era dolor... angustia...!, sin embargo, mi cuerpo se refugiaba en esa pequeña puerta con la esperanza de que tú, mi querido amo, aparecieras y mitigaras el dolor de mi cuerpo que tanto me hacia sufrir... ¡PERO TÚ JAMÁS LLEGASTE! Después, nada... Todo quedo en silencio. Y ya no supe más de mí, pero te juro, mi querido amo, que mi último pensamiento... FUE PARA TI. “LOBO” se fue al cielo un 24 de diciembre. Causa de muerte: paso de corriente eléctrica por su cuerpo hasta su muerte... ¡Por decisión de su “QUERIDO” amo! Caso real.____________________________________________Espero que la historia os haya echo ver tantas cosas como me hizo ver a mí cuando tenía 8 años. |