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Publicado: Sunday 01 de March de 2009, 10:11
Hola amiga, antes de tratar concretamente tu caso, permiteme pedirte que te leas primero estas pautas.. SAbes. como etologa necesito que comprendas ciertos conceptos, yo solo tengo TU version de los echos, me falta ESTAR ahi, y escuchar la suya... pero vamos a intentarlo si?.1ª ParteCuando un educador honesto mantiene la primera entrevista con una persona que desea educar a su perro, trata de ser lo mas claro posible, exponiéndole los conceptos y la realidad que existe cuando afrontamos llevar a cabo la importante decisión de adiestrar para que nuestro perro sepa comportarse en "sociedad", dentro de nuestra particular, y poco entendible para ellos, cultura humana.La labor prioritaria del educador, creo que es la de instruir al dueño en principios básicos de psicología y etotología canina para facilitar el entendimiento y la comunicación con nuestro noble amigo. También dotarle de una serie de herramientas teóricas de manejo y aplicación de la autoridad para que el perro, además de respetarle y hacerle caso a la hora de exigirle todo aquello que le hayamos enseñado mediante el adiestramiento, tenga en él un referente de seguridad, necesaria para su propio equilibrio. Sin esto, como cuestión principal, la labor del adiestramiento no tendría mucho de sentido y estaría abocada a un mas que previsible fracaso.Los comandos u órdenes de los ejercicios que se enseña al perr@ para que ejecute algo que queremos, no es otra cosa que la asociación de palabras a una serie de actos que el perro realiza cuando su acción es reforzada. El perro aprende a sentarse a la orden de sitz cuando le ofrecemos una golosina de su agrado (motivación) por encima de su cabeza, haciendo que para sentirse más cómodo, una vez ha seguido el movimiento de nuestra mano, opte por sentarse e inmediatamente sea reforzada dicha acción, permitiéndole comer la golosina. El perro asociará la palabra sitz a la acción de sentarse porque eso conlleva la consecución de un premio (refuerzo).Este comportamiento constituye la fase mecánica de aprendizaje por condicionamiento instrumental u operante, que en un principio es indispensable, como única forma de comunicación posible ( antes de comenzar cualquier enseñanza, poneros de acuerdo los miembros de la familia para usar siempre los mismos)..para que el perro aprendaUna vez lo repetimos varias veces y el perro conoce la mecánica de ejecución, podemos decir que el primer paso en el aprendizaje de una orden o comando ya está dado. Ahora queda lo más complicado, y lo que verdaderamente constituye la esencia del adiestramiento desde mi particular punto de vista. Como al perro no le podemos catalogar como un ente pasivo o una máquina tonta, cuya conducta sea guiada exclusivamente por reflejos; si no más bien, se trata de un ser vivo capaz de procesar la información que recibe del medio donde se desenvuelve y aplicarla a su conducta, me veo en la obligación de recalcar el fundamental protagonismo que debe adquirir el dueñ@ a la hora de relacionarse con su perro. Debe de constituirse en un buen líder que sepa aplicar la autoridad necesaria para ejercer un buen control sobre su perro en cualquier lugar y circunstancia.El perro, como animal gregario que se rige por un sistema social altamente jerarquizado, necesita en todo momento que el dueñ@ ejerzan un liderazgo justo y con firmeza que, además de mantenerle controlado, le sirva como punto de referencia y seguridad. Esto, que a simple vista parece muy sencillo, no resulta tan fácil llevarlo a la práctica.¿Qué necesitamos para constituirnos en buenos jefes-lideres de nuestro perro? Voy a puntualizar y referirme a una serie de cualidades que hay que mostrar y las acciones que consecuentemente llevaremos a cabo para ello....Tenemos que poseer, o en su defecto saber interpretar, una fuerza psíquica y mental que nos haga carismáticos ante él y le transmita calma y seguridad. Mantengamos, cuando estemos a su lado, un estado tranquilo y seguro, permaneciendo calmados ante cualquier tipo de situación, por adversa que sea. Seamos coherentes a la hora de actuar o dirigirnos al perro. No le engañemos nunca; tenemos que conseguir de él una confianza ciega. Nuestro tono de voz firme y serio, y nuestros gestos corporales carentes de una excesiva movilidad (con lo que denotaríamos un cierto nerviosismo ), hará mas comprensible al perro aquello que pretendiéramos indicarle, como podrían ser ciertas llamadas al orden, o simplemente correcciones de cualquier otro tipo.Como anteriormente he dejado expuesto, seremos para el perro un importantísimo punto de referencia y seguridad donde se verá reflejado. Si estamos nerviosos y altamente alterados, el perro lo acusará y se mostrará inquieto. Si por el contrario, nos ve tranquilos y dueños de la situación, estará calmado y se sentirá seguro....Procurémosle siempre un trato afectuoso con altas dosis de cariño bien entendido, pero no carente de firmeza cuando la situación lo requiera; haciéndonos respetar en todo momento. Debemos convertirnos en circunstanciales compañeros de juego cuando lo consideremos oportuno, pero a medida que nuestro perro crece controlaremos todas las fases del juego, debiéndole corregir con cierta firmeza, e incluso dejar de jugar, cada vez que trate de sobre pasarse. No juguemos a tirar de algo con un perro de características dominantes; cometeríamos un grave error de cara al futuro si nos falta experiencia en el manejo de este tipo de perros..En nuestra estrecha relación con el perro evitaremos la tendencia antropomórfica que nos hace humanizarle con demasiada frecuencia. Considero incoherente creer que es nuestro niño o niña. No somos sus papás. Es nuestro perro, nuestro fiel amigo; pero eso… nuestro perro, y seguro que si pudieracomunicarse en nuestro lenguaje, nos haría saber que se siente muy satisfecho de pertenecer a la especie para lo que la naturaleza le ha diseñado. Teniendo en cuenta este concepto, seguro que nos resultará más fácil entender sus necesidades y fortalecer el vínculo que nos debe unir mientras convivamos juntos. Retomando nuevamente el principio de autoridad, por el que, según mi opinión, debe de regir se el adiestramiento para que sea eficaz, es conveniente incidir sobre la forma más adecuada de premiarle, y la correcta aplicación de las correcciones o el castigo.Cuando el perro realice algo que nos agrade, o deje de comportarse de forma que a nosotros nos disgusta, no dudemos en premiarle de forma instantánea. Podemos hacerlo con un gesto y un “muy bien”, dándole una golosina, una pequeña palmada, o una simple o efusiva muestra de cariño jugando con él. Importantísimo la inmediatez del refuerzo respecto a la acción que pretendamos premiar. Si lo que queremos es tratar de corregir o castigar, el tema se hace un tanto más complejo. Tendremos que hacerlo también en el preciso instante, pero lo más importante es que el perro comprenda el por qué del castigo. Algo a tener siempre en cuenta, es que la corrección o castigo debe hacerse ante la desobediencia de una orden; y para que haya desobediencia, tenemos que estar totalmente seguros de que el perro conoce la orden. Por eso, una máxima a aplicar siempre es la de, primero enseñar para poder luego exigir. Cuando se haga necesario corregirle o infringirle un castigo, tenemos que actuar de forma contundente y enérgica, pero sin ningún tipo de violencia desmesurada. Nuestra actitud será firme y serena, sintiéndonos muy seguros y dominadores de la situación Nos acercaremos al perro con decisión, cambiando el tono de voz y con un semblante un tanto rígido y crispado, le miraremos directamente a los ojos y presionaremos con una postura corporal intimidatoria. Todo ello irá dirigido al acatamiento de nuestras órdenes cuando haya por parte del perro una clara actitud de desobediencia, o ponga en entredicho nuestra privilegiada posición de liderazgo. La mayoría de las veces, teniendo en cuenta el tipo de perro y la acción a castigar, es suficiente conseguir su inmovilización sujetándolefirmemente con las dos manos por la parte posterior del cuello, detrás de las orejas. Mantenemos la sujeción durante unos segundos, hasta que el perro da claras muestras de comprenderlo y depone su actitud retadora accediendo a nuestras pretensiones inmediatas. Este castigo directo, llamado también jerárquico, tiene como objetivo prioritario el ensalzar ante él nuestra privilegiada posición de líder. El castigo, para que tenga efecto corrector, debe ser gestionado adecuadamente por el perro; evitando siempre el producirle daño físico o psicológico que le produzca miedo o pánico, ya que de esa forma se reduciría ostensiblemente la capacidad de aprendizaje, y se deterioraría para siempre el vínculo creado. Para ejercer con seguridad y eficacia este castigo jerárquico que he comentado hay que sopesar muy bien la situación; ver que tipo de perro tenemos y obrar en consecuencia, procurando actuar sobre seguro, con las precauciones oportunas para evitar cualquier tipo de accidente desagradable que se podría dar con mas frecuencia de la deseada.Una vez planteada mi particular versión de la labor a desarrollar por el dueño para que a su perro podamos aplicarle en la práctica diaria las enseñanzas recibidas durante el adiestramiento, quiero concluir subrayando lo que considero más importante de lo descrito:Responsabilizarnos en todo momento de su bienestar, educación y control. Somos los únicos responsables de su comportamiento.Mostrémonos serenos y tranquilos ante él para darle seguridad y que confíe en nosotros.Seamos afectuosos mostrándole todo nuestro cariño, pero no le súper protejamos ni le atribuyamos cualidades humanas.Dejémosle muy claro el principio de autoridad y ejerzamos un liderazgo entendible para hacerle comprender su lugar en el núcleo familiar, al tiempo que le dotamos de un alto grado de seguridad y el equilibrio necesario para la convivencia.Seamos pacientes cuando tratemos de enseñarle algo, premiando cualquier progreso por mínimo que nos parezca.Debemos ser muy justos con él, no le humillemos ni menospreciemos su dignidad. El confía plenamente en nosotros, no debemos defraudarle.Primero enseñar, luego exigir. Nunca castiguemos si no estamos totalmente seguros de que nos comprende.Cuando se haga necesario castigarle lo haremos con firmeza y decisión; nunca con violencia que pueda causarle daño físico o psíquico.Todo ello deberá contribuir a reforzar el vínculo con nuestro perro y hacer del adiestramiento una herramienta sumamente eficaz para conseguir los objetivos de control que nos hubiéramos marcado, cuando un día, después de sopesarlo seriamente, decidimos educar a nuestro fiel amigo para poder disfrutar de su compañía, y el de la nuestra.Bueno, se que es algo largo... pero si no comprendemos el CONCEPTO, no conseguiremos resultados...Tu tienes a las niñas, que edades tienen?.Un besazooo |