Se cree que su entrada en Europa se remonta a los siglos IV y V con la llegada de las tribus Alanas, pero hoy en día no se tiene claro cual fue exactamente su origen.
Esta raza era muy valiosa para la caza mayor, ganadería y la guarda debido a su complexión, fuerte y musculosa.
Estuvieron como fieles compañeros durante la conquista de los españoles en América.
Las primeras referencias escritas sobre el alano aparecen en el medievo, de la mano de Gonzalo de Berceo, sobre el 1247.
Sus cualidades traspasarán las fronteras españolas, llegando a ser muy apreciado, no sólo al continente americano, sino incluso, a países como Francia, Inglaterra, Alemania..., con el fin de mejorar sus propias razas, especialmente el bulldog inglés y el dogo de Burdeos. Incluso la prensa británica se hace eco de sus características, tal y como ocurrió en 1873, donde se describe minuciosamente a un ejemplar de presa español (alano), llamado Toro y dice así: “...luchando sujeta a su adversario únicamente por la cabeza, es silencioso e inmune al dolor...”.
Con el comienzo del siglo XIX y debido al cambio del método de vida del hombre, cambiando por lo tanto sus métodos de caza, ganadería… el Alano cae en el olvido, dándole más importancia a otras razas, hasta casi su extinción. Pero gracias a unos citólogos que a principios de los 80 se propusieron recuperar la raza, hoy en día podemos disfrutar de este noble y maravilloso ejemplar.
Características generales:
De complexión atlética posee una impresionante cabeza de perfil recto pero con buenas proporciones, sus orejas normalmente recortadas en su base y la punta le dan un aspecto de fiereza que no va nada con este animal noble y tranquilo. Si no se recortan serán de un tamaño más bien mediano que caerán sobre su cara, con el hocico corto y de base ancha, que complementa perfectamente con su cuello musculoso y su doble papada. Sus ojos de tamaño más bien pequeños tendrán la mayoría de las veces un tono avellana o castaño.
Su cuerpo delgado y bien proporcionado lo terminará una cola corta en su base, que se irá afinando proporcionalmente hasta su terminación.
Alcanza su plenitud física y psíquica sobre los dos años de edad, a partir de aquí nos encontraremos con un perro noble, serio, y debido a su morfología, poderoso.
Color:
Puede ser leonado, atigrado, negro o atigrado y negro.
No es tan común pero en algunos casos, pueden aparecer ejemplares con manchas blancas en las patas, el pecho o el cuello.
Pelaje:
De pelo corto (entre 1 y 2.5 cm) con el tacto un poco áspero que se acentúa más en la cola, teniendo ésta un aspecto de espiga.
Temperamento:
Al ser un perro de caza, tiende a ser inquieto con todo aquello que se mueva a su alrededor, pero lejos de lo que pueda parecer es un perro tranquilo, noble, fiel a su dueño, valiente y seguro.
Cuidados:
Debido a su corto pelaje, requiere pocos cuidados, por regla general, baños cuando lo requiera con cepillados ocasionales.
No son propensos a ninguna enfermedad particular, y si alguna vez tienen algún problemilla, tienden a recuperarse rápidamente.
Entrenamiento:
Debido a su carácter tranquilo y equilibrado es fácil poder entrenar a esta raza, aunque no nos debemos de olvidar a que son perros que requieren una actividad física importante, siendo recomendable darle unos buenos paseos al menos tres veces al día.
Altura
Machos: 60 a 65 cm.
Hembras: 56 a 61 cm.
Longevidad:
De 11 a 14 años aproximadamente.