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Publicado: Wednesday 02 de June de 2010, 10:43
Hola, acabo de leer tu mensaje...Esto iría en Etología pues se trata de una adicción, una obsesión, patología psicológica del perro y puede darse en cualquier raza.Te cuento:En primer lugar has de determinar cómo paseas con tu perro: si se alivia en un jardín, o si lo sacas un par de veces al día, sólo para sus pipís y popós, si marcha delante de ti, posiblemente con una correa extensible, etc.El paseo es lo más importante a la hora de corregir casi cualquier patología psicológica, sin embargo ha de llevarse a cabo siguiendo unas pautas invariables que suceden desde antes de salir de casa hasta que regresáis.1_ No debes tener prisa. Sí, ya sé que todo lo hacemos siguiendo un horario, que no tenemos prisa sino que “nos meten prisa”, que tenemos equis minutos para sacar al perro antes de salir corriendo a estudiar, etc. Sin embargo, es primordial que determines cuán importante para ti es la felicidad y estabilidad de tu mascota. Tu energía marca tus emociones y esto es algo que los perros saben “leer” a cualquier edad. Trata de estar relajada, serena, sin anteponer lo que va a pasar durante el paseo ni cuantísimas cosas puedas tener por hacer. Disfruta de ese momento. Concédele a tu perro y a ti unos valiosos momentos de conexión. Es un vínculo que permanecerá toda la vida y vale la pena hacerlo bien, dándole el valor que tiene. 2_ No vayas detrás del perro para ponerle la correa; llámalo y agáchate a ponérsela. Observa cómo se encuentra. Si está sobreexcitado, nervioso, ansioso... no se lo pongas. Respira conservando la calma y la serenidad y aguarda hasta que él se tranquilice. Ponle entonces la correa. Id hacia la puerta, ábrela –todo ello con tranquilidad, pero con firmeza-. Tú has de salir antes que el perro. Nunca le dejes salir delante de ti, y menos disparado como una flecha. Si se va a adelantar, darle un “¡chits!” con un pequeño tirón lateral de la correa para que comprenda que no deseas que haga lo que estaba a punto de hacer. Salid. Pídele que se siente mientras cierras la puerta. Si vuelve a estar nervioso, aguarda hasta que su nivel de energía sea tranquila y sumisa. 3_ Durante el paseo haz que camine a tu lado, nunca delante de ti. Esto será su “trabajo”, su cerebro entrará en un estado de concentración para lleva a cabo el trabajo que le solicitas y esto le estimulará mucho. Si se trata de un perro que hace sus necesidades desde el principio del paseo, permítele hacerlo –olfatear los sitios y aliviarse- durante cinco minutos. Después sería ideal un tramo de entre 15 minutos y media hora de caminar contigo, a tu lado o detrás, nunca delante. Transcurrido este tiempo le recompensas con otros cinco o diez minutos de olfatear lo que quiera y hacer sus necesidades. Después vuelve a invertir de entre cinco y diez minutos al paseo juntos, hasta llegar a casa. La recompensa –rastreo y cobro (aliviarse)- debe ser siempre menos duración que el tiempo dedicado al desafío –caminar con el líder-. 4_ Éste sería el mejor momento para prepararle la comida. Trata de hacerlo delante de él. Es muy importante que él comprenda que tú –y tu familia- eres la fuente de todo lo que tiene. El momento de la comida es más que alimentarse. A los perros no les gusta ser marionetas, muñequitos o simplones que no hacen nada para “ganarse” la comida. Todo reto y desafío les estimula y se convierte en un trabajo. Se ha ganado esa comida que le estás preparando porque ha seguido tus normas durante el paseo. Comerá con más ganas y se sentirá más vinculado a ti. Cuando hayas acabado el ritual de la preparación, toma el cuenco con ambas manos, ponte delante de tu perro y míralo. No bajes el cuenco y se lo ofrezcas si está mirando excitado a la comida. Ha de estar sentado mirándote a ti. Si se lo das cuando todo su interés está puesto en la comida, le provocarás una obsesión por ella. Enséñale que no podrá comer si se encuentra excitado ni dominante. Hazle comprender con tus actos que quieres que esté calmado y que te mira aguardando el momento en que tú le permitas alimentarse. El ritual de la espera puede evitar que llegue a la agresividad por la comida, máxime cuando ya ha desarrollado otros trastornos. Asimismo, este ritual marca una pauta y práctica cotidiana que contribuirá a calmar a tu perro en el resto de las actividades diarias, colocándote en lugar privilegiado: eres el líder y él el seguidor.5_ Las obsesiones suelen ser una vía de escape para la ansiedad, la frustración o la energía contenida. Ya le has enseñado a seguir unas pautas de comportamiento durante el paseo que inhiben los comportamientos indeseados, llevándolo a un estimulante estado de calma y sumisión. Le has enseñado a “ganarse” el alimento, sentirse útil y satisfecho. 6_ Para corregir el comportamiento obsesivo has de ser muy observadora. Censúralo de inmediato. Cuando ves que se pone nervioso y comienza a mirar su cola, dale un rotundo “¡chits!” y un toque en un costado. El toque jamás debe ser un golpe, sólo la herramienta que desbloqueará su cerebro de esa fijación. Automáticamente le sacas de ese estado obsesivo. Debes reconocer cada indicio físico y los signos de su energía que se dan justo antes de que se muerda la cola, y frenarlo, prohibirlo. Mantente firme, pero muy serena. Si detienes este comportamiento en la primer grado de su intensidad, tienes el éxito asegurado. La constancia es importante. Enseña a tu familia a hacerlo igual que tú cuando vean al perro hacerlo, a ser posible que también aprendan a preverlo para corregirlo antes de que suceda. 7_ Nunca digas “¡No!” ni grites su nombre cuando vayas a corregirlo. Si estás sobreexcitado todo los avances se habrán ido por el retrete. No es preciso hablar para entablar una conversación con tu perro y te comprenda. Todo es energía. Nunca te tomes como algo personal lo que el perro haga cuando su comportamiento no es el que deseas que sea. Los perros jamás hacen nada por fastidiar o “llamar la atención”, por “venganza”, etc. Cada comportamiento responde a una carencia o exceso de algo que hay que corregir. Los animales no son obsesivos por naturaleza, siempre tenemos nosotros mucho que ver en sus desequilibrios. Si modificamos nuestro comportamiento con ellos, serán mascotas equilibradas y felices.8_ No sé si en este post se puede recomendar la lectura de uno o varios libros en particular, si no es así, me gustaría que me escribieras un privado, si te interesa, y te lo digo. |