Quiero ser Adicto
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Publicado: Thursday 21 de October de 2010, 23:27
Comencemos el adiestramiento práctico para el trabajo de protección donde debería dar comienzo: Con el fomento del instinto de presa. Permíteme brevemente explicar por que escogí la palabra "fomento" en lugar de la palabra "desarrollo" para traducir el término alemán "Förderung", el cuál podría ser traducido de una u otra manera. Para mí el término desarrollo se refiere a un proceso que tiene lugar por si solo. Los instintos se desarrollan naturalmente mediante la maduración hasta cierto punto. Como adiestradores deberíamos tratar de echar una mano a la naturaleza fomentando lo que ya existe, y por consiguiente incrementar activamente un instinto particular hasta su máximo potencial. Me gusta comenzar el trabajo de presa con cachorros lo más pronto posible, por lo general allá por las diez a doce semanas de edad. Esto me permite trabajar con todos los instintos sin deteriorar innatos en el perro. Comienzo con los cachorros jóvenes de la misma forma que lo hago con los adultos rezagados, con un trapo o un saco. Lo más importante para el figurante es asimilar durante este precoz trabajo, que la presa es el saco y no el figurante. Por consiguiente, los movimientos rápidos, esporádicos e imprevisibles del saco son los que suscitan el interés del perro y consecuentemente estimulan el instinto de presa del perro. Como Raiser escribe en su libro: "Si uno trata de fomentar el instinto de presa, entonces toda la atención del perro debería estar en la presa, lo que quiere decir que es la presa la que realiza todo el movimiento, no el figurante"" Una de las razones para comenzar con un saco es que es relativamente fácil sacudirlo, menearlo y dejarlo volar, y por consiguiente atrae toda la atención del perro en él. Otra es que es mucho más fácil de morder para los principiantes tanto si son cachorros o adultos que comienzan con retraso. Ahora que tenemos la idea básica de lo que son los elementos importantes para el inicio del trabajo, veamos a qué típico ejercicio de entrenamiento debería parecerse. El perro está sujeto con la correa, el guía estimula con tranquilidad al perro, sin distraerle de la atención en la presa. El figurante hace que el trapo cobre vida moviéndose y meneándose ocasionalmente. Este trapo en movimiento provoca el instinto de presa del perro. El figurante primero verá los ojos del perro persiguiendo a esa pequeña criatura, luego su cuerpo irá detrás saltando ligeramente al ataque tras la esquiva presa, finalmente el perro comenzará a tratar de morder tras ella en un intento de engancharse y hacer presa. Cuando el perro parezca casi hipnotizado por el trapo y en tensión en espera del momento apropiado es cuando el figurante mueve el trapo dentro del radio de acción del perro, y con un chasquido, el perro muerde el trapo. Tan pronto como lo hace la presa es suya. Él se gana su trapo, y el guía le debería elogiar en un tono airoso (pero no hasta el punto de que el perro se olvide de su presa). Inicialmente dejo al perro llevar su camino con la presa durante un rato, sin embargo quiero dejarle claro que ciertamente es un premio que ha de cuidar. Utilizo dos métodos para realizar esto. Uno, tengo una cuerda sujeta al trapo que mantengo en mi mano incluso después de que el perro lo atrapa. Y justo cuando el perro comienza a perder interés en la presa aparentemente si vida y afloja su agarre o deja caer el trapo al suelo, vuelvo a darle vida a éste tirando de la cuerda. El perro sentirá la tensión en el trapo y o refuerza su agarre, o se escabullirá la presa comenzando de nuevo la estimulación. Después de un par de "pérdidas", o de casi "perdidas", el perro sostendrá la presa con bastante firmeza, sin querer darle la opción de que se escabulla de nuevo. Tan pronto como presenta esta especie de objetivo se debería permitir al perro transportar su presa fuera del campo. El segundo método que uso es más o menos lo que Raiser describe como "desafiante" en su libro. De nuevo el trabajo comienza después de que el perro ha ganado su presa pero luego o la sujeta sin excesiva tensión en la boca o la coloca en el suelo frente a él. Esta vez intento mostrar al perro que no es él el único interesado en la presa. El figurante también coloca sus ojos en el premio y esto ya describe gran parte del ejercicio. El figurante comienza desafiando al perro por el trapo, mediante llegadas cautelosas desde un lateral del saco, luego rápidamente retira su mano hacia atrás, solo para dirigirse de nuevo desde un ángulo diferente. Si el trapo se encuentra todavía en la boca del perro, un ligero tirón puede a ayudar a aclarar al perro que la intención del figurante es robarle su trapo. Muchos perros, llegados a este punto, tirarán enérgicamente de la presa, o mostrarán un confiado reagarre sobre la presa con una mirada "asesina", o con un leve gruñido y luego reagarre de la presa. Todos estos comportamientos conducen a la sujeción confiada de la presa, lo que debería ser recompensado permitiendo al perro transportarla fuera del campo. En perros con un buen equilibrio en todos sus instintos ambos métodos funcionan bien y probablemente utilizaríamos ambos para mantener el interés por el trabajo del perro. Si el instinto de presa es la motivación más fuerte, entonces el primer método conducirá a resultados más rápidos. El segundo método funciona bastante bien en perro que son muy posesivos y que muestran comportamiento de presa o de defensa con facilidad. Como escribe Raiser "..... el desafío ya es la primera estimulación del comportamiento de defensa..... " El siguiente paso en el adiestramiento debería ser asegurarse de que el perro sujeta su presa (el trapo) lo bastante fuerte en su mordida inicial. Esto es muy sencillo de hacer no permitiendo al perro ganar la presa en su mordisco inicial sino en lugar de eso que se aferre al saco con una gran mordida con un poco de tensión sobre él. A fin de que si el perro trata de morder el trapo, pero luego afloja su agarre, perderá la presa la cual debería después comenzar a moverse y menearse inmediatamente de nuevo. El instinto de presa es una vez más estimulado por el movimiento y el perro obtiene una nueva oportunidad de morder el trapo. El objetivo es no intentar desgarrar la presa en la boca del perro, sino retar lo suficiente al perro para hacerle morder progresivamente más fuerte. El trabajo debería progresar hacia donde el perro tenga que saltar para alcanzar el trapo y hacer presa. Llevo a cabo esto simplemente sujetando el trapo enrollado, lo bastante alto, en el momento en que el perro obtiene la oportunidad de morderlo, así el perro tiene que saltar para alcanzarlo. Con perros jóvenes o adultos iniciados tarde esto significa sujetarlo a la altura del pecho o de la barriga. El principio es el mismo, saltar y morder para hacer presa. Esta es una técnica básica que el perro utilizará a lo largo de su carrera profesional en el trabajo de protección. El paso que elegí para la siguiente progresión en el adiestramiento se cuela un poco en la secuencia que Raiser esboza en su libro. Sin embargo, aún así sigue uno de sus principios más fundamentales "No es el figurante quien dicta la acción, sino el perro. Durante la labor de fomento del instinto uno tiene que lograr que el perro estimule al figurante, no el figurante al perro". He escogido como la siguiente habilidad que el perro debería aprender la de levantar la presa mediante el ladrido. Los pasos previos del adiestramiento deberían haber creado una pequeña obsesión en el perro por cazar y morder la presa (trapo). Como antes, comienzo estimulado el instinto de presa con el trapo moviéndose mucho, puedo incluso permitir al perro que muerda y falle una vez. Luego cuando tengo al perro preparado para esta actividad, creo un poco de frustración deteniendo de improviso toda acción y movimiento. El figurante permanece de pie con la mirada perdida en la distancia, el trapo cuelga inerte en su mano. La mayoría de los perros lloriquea un poco, luego revelan un aullido de frustración. Es este aullido el que origina que el trapo levante el vuelo como un pájaro sacado de su escondrijo en una mata, y el perro consigue hacer presa. No tardará mucho hasta que estos aullidos iniciales se conviertan en ladridos exigentes que suenan agresivos e intencionados, su objetivo, conseguir que la acción comience de nuevo. Así, el perro aprende que tiene cierto control sobre lo que ocurre en el campo, y que ladrar es el medio de hacer que sucedan cosas. La razón por la cual incorporo este ejercicio en el adiestramiento precoz es para evitar que el perro llegue a preocuparse tanto por morder durante el trabajo de protección que nada más tenga importancia para él. La siguiente etapa en mi programa normalmente es la acometida o el ataque. Y de nuevo otra vez mi programa se desvía ligeramente del programa del Dr. Raiser. Él comenta la transición desde el trapo o el rodillo hasta la manga antes de la enseñanza del ataque. Yo sigo la misma secuencia cuando adiestro perros adultos rezagados y bien dotados. Sin embargo, cuando adiestro cachorros y perros jóvenes me gusta enseñar un formato precoz de la primera técnica de ataque. Cuando el perro domina los ejercicios de mordida contundente inicial y el salto y la mordida para hacer presa, comienzo a enseñar la técnica de ataque. El guía sujeta al perro por el collar, el figurante estimula al perro en presa, primero muy cerca del perro, puede permitirle tratar de morder y que falle una vez. Luego se aleja del guía y del perro mientras sigue estimulando a éste. Se marcha a una distancia de inicialmente unos tres o cuatro metros. Continúa meneando el trapo enrollado o el rodillo de cachorro para seducir al perro. A una señal acordada por el figurante, el guía suelta al perro. El figurante permanece ligeramente de costado al perro, cuando éste alcanza la distancia de salto, el figurante tira del trapo hacia arriba y un poco lateralmente, "recuerde, la presa siempre se mueve alejándose del perro" (Raiser). El segundo movimiento debería incitar al perro a atacar rápidamente para impedir la fuga de la presa. El figurante debería amortiguar el impacto del perro en el trapo y colocar al perro a sus pies. Luego se suelta la presa, se le coloca la correa al perro y éste consigue transportar la presa fuera del campo. He detectado que los cachorros y los perros jóvenes no tienen problemas a la hora de saltar sobre un extraño desde cualquier ángulo. Consiguientemente, aprenden una agradable técnica de ataque al figurante muy fácil y precoz. Algunos perros no pueden morder la manga aún, porque son demasiado pequeños, o porque tienen que experimentar el fomento del instinto de defensa antes de que muerdan lo bastante fuerte como para agarrar una manga. He aprendido por experiencia que "perder el barco" en lo que se refiere a enseñar una técnica en un momento preciso puede conducir a muchas discusiones sobre "lo que se podría haber hecho" más tarde. No me malinterpretéis, no quiero decir que yo sepa tanto o más que el Dr. Raiser, simplemente he desarrollado una secuencia predilecta del programa a lo largo de los años. |