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Publicado: Monday 12 de January de 2015, 16:30
Hola, mi nombre es Ainhoa y hoy estoy fatal pues ayer tuve que tomar la decisión de sacrificar a mi perro. Lo tenía desde que nació y acababa de cumplir 15 años. Han sido tantas las cosas que hemos vivido juntos que esto me está costando la vida. Mientras os escribo lloro, me puede la tristeza, pero bueno, él merecía estas lágrimas y todas las que quedan por venir. Estaba malito ya, aparte de ver muy poco y no oir nada, le entró diabetes, también una especie de mal cognitivo tipo alzheimer y le empezaron a dar unos ataques epilécticos casi a diario. No era vida para él que siempre fue fuete y enérgico y el veterinario me aconsejó siempre bajo mi decisión practicarle la eutanasia pues me dijo que ya no aguantaría tratamientos y no era justo hacerle sufrir. Creo que hice lo correcto y que él me lo agradecería. La duda que me quedó es la siguiente. Tras sedarlo, pues era un perro muy muy nervioso, le inyectó la eutanasia y enseguida se quedó como dormido, con los ojitos abiertos mientras yo le acariciaba y lo besaba y le decía cuánto le quería. A los 2 o 3 minutos el veterinario dijo que ya estaba, que ya por fin descansaba pero yo le toqué el pecho y le noté palpitar el corazón y se lo dije. El me dijo que estuviera tranquila, que eso era normal, que era una reacción del sistema nervioso o algo así. Al ratito ya no le sentía el latido pero mi marido ya se lo llevó a enterrarlo en un manzanal que tenemos y a mi me queda la duda de si realmente murió. Sé que es absurdo y que el veterinario sabe lo que hace pero es algo que me tiene mal. Os agradecería me dijerais algo. El veterinario me dijo varias veces ante mis preguntas, que sí, que ya estaba pero no sé, tampoco le miró nada ni le comprobó nada, no sé. Gracias. |