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Publicado: Saturday 17 de May de 2014, 19:57
Pego información dispersa (he tenido que buscarlo hace poco).
http://www.veterinaria.org/revistas/recvet/n070707/070703.pdf
En la población general de perros, se observa que los perros castrados muestran mayores problemas de agresión que los no castrados, tanto en machos como en hembras (Guy y col., 2001 a, b, c; Podsberg y Serpell, 1997), siendo el colectivo de hembras el más afectado (Podberscek y Serpell, 1996). Guy y col. observaron que en perros mayores de un año, teniendo en cuenta el sexo y el hecho de haber sido castrados con anterioridad, el orden decreciente en cuanto a la frecuencia de agresión (Guy y col, 2001a, c), la agresividad posesiva y la tendencia a gruñir (Guy y col, 2001c) era: a) Macho castrado b) Hembra castrada c) Macho entero d) Hembra entera. Teniendo en cuenta lo anterior, se observa que la castración actuaría como factor que favorecería la agresión en los machos y las hembras, concretamente Guy y col., (2001b) comprobaron que el aumento de la agresividad que se experimenta en el grupo de las hembras es proporcionalmente mayor que el que se experimenta en el de los machos Sólo menos de 1/3 del total de perros con problemas de agresión establecidos mejoraron con la castración (Neilson y col., 1997). La castración influye de forma negativa en primer lugar en la agresión frente a extraños, seguido por la ansiedad por separación y la agresión frente a los propietarios (Takeuchi y col., 2001). El problema conductual que más resulta afectado por la castración es el vagabundeo, que resulta suprimido en más del 90% de los perros, seguido en orden de frecuencia por la monta y la pelea intrasexual, con una supresión del 60-70% (Hart y Eckstein, 1997). Probablemente porque se trate de conductas asociadas a patrones reproductivosEn el caso de las hembras, la conducta sexual desaparece de forma definitiva después de la castración (Manteca, 1996 y 2002). En los machos, por el contrario, los efectos de la castración son muy variables e incluso inexistentes ya que se ha observado que la castración en machos prepuberales no reduce significativamente la monta ni la respuesta sexual al estro de las perras, tampoco reduce la agresividad ni las peleas cuando compiten ya sea por juguetes huesos o por perras en celo. Lo que si se afecta es la incapacidad de estos perros castrados en conseguir copular con la hembra (Le Boeuf, 1970). Joaquín Pérez-Guisado: Departamento de Medicina y Cirugía Animal, Facultad de Veterinaria, Universidad de Córdoba, Campus de Rabanales, 14071 Córdoba, SpainP.d. Y respecto a esto "Lo que si se afecta es la incapacidad de estos perros castrados en conseguir copular con la hembra" tampoco es así en el 100% de los casos. Yo tengo un perro castrado que cogí con dos años, y copula sin ningún problema pasando por todas las fases, es decir: excitación, cópula, erección del bulbo y abotonamiento.
http://www.perros.com/foros/general/etologia/duda-sobre-castrar-a-mi-perro-de-6-meses-por-agresividad-por-dominancia/4.html
http://www.perros.com/foros/general/etologia/problemas-de-comportamiento-con-un-perro-hiperactivo.html
Los efectos de la T(testosterona) sobre la emoción son más consistentes que los relacionados con la cognición. Señalan que los animales GDX (machos gonadectomizados) presentan mayores respuestas de ansiedad, miedo, conductas de tipo depresivas y disminución en los umbrales de dolor evaluados con distintas pruebas y que este deterioro puede ser revertido con la administración sistémica o intrahipocampal de T o de sus metabolitos reducidos (Bernardi et al., 1989; Edinger & Frye, 2004; Fernández-Guasti & Martínez-Mota, 2003; Forman et al., 1989). Específicamente, los datos de la literatura señalan que los sujetos GDX presentan comportamientos de mayor ansiedad en la prueba de campo abierto, el laberinto en cruz elevado, el test de enterramiento defensivo y el de bebida castigada (Edinger & Frye, 2004; Fernández-Guasti & Martínez-Mota, 2003; Svensson, Berntsson et al., 2000; Svensson, Soderpalm et al., 2000). Además, la T podría estar implicada también en los comportamientos de tipo depresivos. Esto queda evidenciado en la prueba de natación forzada y en el test de suspensión de la cola, aunque los datos son contradictorios (Forman et al., 1989; Edinger & Frye, 2005). Con respecto al dolor, hay evidencias que indican que los animales castrados presentan conductas de mayor dolor en la prueba del plato caliente y en el test de inmersión de la cola en una fuente de calor intenso, aunque también en este aspecto la bibliografía es escasa.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18018446001
Antes de realizar algo irreversible, en machos se debería considerar el implante:
http://www.virbac.es/p-virbacespubes/display.aspx?srv=p-virbaces&typ=pub&lang=es&cmd=view&style=styles/page2.xsl&select=PAGE%5B@ID$eq$PAGE_76%5D
Recientemente se ha empezado a comercializar un implante subcutáneo para la castración química en el perro. Se aplica como un microchip: no requiere cirugía ni anestesia, tan solo un pinchazo. El efecto que causa sobre el perro es el mismo que la castración: infertilidad y supresión de la producción de hormonas sexuales. A las 6 semanas de su administración (al igual que ocurriría con la castración quirúrgica) el perro ya es completamente infértil y el efecto se mantiene durante un mínimo de 6 meses.
El implante se reabsorbe por sí solo y su acción es completamente reversible. Cada 6 meses se podrá decidir si se continúa o se interrumpe el tratamiento: Si el propietario quiere seguir manteniendo al perro infértil, el veterinario le administrará un nuevo implante cada 6 meses. Con el segundo y sucesivos implantes ya no habrá que esperar 6 semanas para que haga efecto, el perro será infértil de forma continua. Si por el contrario el propietario quiere que su mascota recupere su capacidad reproductiva, es tan sencillo como no colocar un nuevo implante a los 6 meses. El perro recuperará la fertilidad en el plazo aproximado de 2 a 4 meses más.
Si el implante se aplica en un perro con patologías asociadas a la testosterona deberéis advertir al propietario de lo siguiente: Durante los primeros 10 días tras la aplicación del implante se produce un aumento inicial transitorio de la testosterona en sangre que puede ocasionar un empeoramiento pasajero de los síntomas asociados a esta hormona. Es normal y no debe preocuparos, ya que la testosterona bajará rápidamente causando la remisión de estos síntomas. A tener en cuenta por ejemplo en perro con adenomas anales o hiperplasia de próstata. En el caso de los problemas de comportamiento, hay que tener en cuenta que no todos los comportamientos agresivos están producidos por la testosterona, por lo que se debe poner especial cuidado en la comunicación con el propietario cuando se trata con este tipo perros. Es imprescindible advertirle que no siempre la castración, ni por lo tanto el implante, proporcionará el efecto deseado. En estas situaciones, el implante puede ser útil para testar el efecto antes de recomendar la castración quirúrgica. En otras palabras, si el implante no funciona tampoco lo hará la castración.
En cuanto a la fertilidad, también es conveniente explicar al propietario que el hecho de que un animal manifieste comportamientos de monta no significa que sea fértil. Por lo general, la ausencia de testosterona suprime la líbido o deseo sexual pero, según algunos estudios, hasta un 27% de los perros castrados siguen montando a las hembras después de la cirugía. Cabe esperar un porcentaje similar con el uso del implante. Y lo mismo podemos decir de la hipersexualidad y de las montas inapropiadas: no desaparecen en el 100% de los casos. Los implantes deben guardarse en la nevera. Se suministran en cajas con 2 implantes envasados individualmente y un aplicador. No tiréis el aplicador después de poner el primer implante ya que el veterinario lo necesitará cuando tenga que colocar el segundo, ya sea en el mismo animal o en otro.
Y al margen del tema de comportamiento, están los riesgos/beneficios físicos:
http://www.perros.com/foros/general/veterinaria/riesgos-y-beneficios-de-la-castracion-.html |