¡Adicto Total!
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Publicado: Saturday 06 de March de 2010, 15:14
El uso extendido de la telefonía móvil y de Internet ha dado lugar a nuevas modalidades de acoso escolar o bullying. La intimidación mediante SMS, correos electrónicos anónimos o páginas web difamatorias es cada vez más habitual y se ha convertido en una de las armas preferidas por los acosadores, a la hora de amedrentar a sus compañeros. Las víctimas ahora son doblemente perturbadas: dentro de la clase y fuera de ella. El ser humano siempre ha sabido sacar provecho de los adelantos tecnológicos. Aunque, a veces, no sabe hacer buen uso de ellos. Tal es el caso de esta creciente modalidad de acoso que se da particularmente a través del uso de telefonía y de Internet. Ya se sabe que los adolescentes no solo se sienten tremendamente atraídos por todo lo relacionado con la tecnología, sino que además se desenvuelven con ella a la perfección. Así es que los jóvenes con una personalidad agresora también se valen de esos medios -además de los “tradicionales”- para perturbar a sus compañeros. Básicamente, este tipo de acoso -que puede acarrear graves consecuencias en la formación de la identidad y personalidad de los jóvenes agredidos- consiste en generar situaciones de violencia, provocadas intencionalmente dentro del ámbito escolar, para registrarlas mediante fotos en la cámara del móvil o en video y poder exhibirlas después como trofeo. Para la distribucion de este material se utiliza cualquiera de las posibilidades tecnológicas de las que se dispongan, ya sea por chat, SMS, correo electrónico o incluso páginas web.PERFIL DEL AGRESORLos ciber-acosadores pierden la visión ética del uso que le están dando a la tecnología, además de pensar que no están ocasionando un daño a los demás. Son personas que tienen una severa disfunción en su capacidad empática, no logrando ponerse en el lugar de la víctima. El bullying ha demostrado ser un alarmante problema dentro de las aulas mundiales, alcanzando cifras importantes en países como los Estados Unidos o España, causando graves consecuencias en la personalidad tanto de agresores como –sobre todo- de agredidos. Un tema que no debería preocupar solamente a víctima y victimario, sino también a compañeros de trabajo, autoridades educativas y a los mismos familiares, por ser indiferentes a la cuestión.Por Carlos Cabezas López |