Titulo: Zeus, un pastor alemán que iba a ser sacrificado, se prepara para ser policía. |
Publicado: Wednesday 06 de July de 2016, 23:53
Aquel día se había vuelto a escapar. Había saltado una valla y correteaba de un lado para otro dentro del recinto en el que un grupo de agentes iba a dar un curso de guías caninos. Imponente, con el pelaje dorado y sus ojos oscuros, el Pastor Alemán miraba a los policías nacionales con la bribonería de un jovenzuelo inocentón que no piensa en el mañana. Igual no lo había. Sin embargo, aquel imprevisto encuentro lo iba a cambiar todo. Arrancaba así la nueva vida de Zeus. Solo hace un mes de ello. Alejandro González había preparado un curso para sus compañeros en la residencia canina Paraíso de Alhaurín de la Torre, dentro de las actividades de formación del Sindicato Unificado de Policía. Cuando iban a acceder a la zona en la que estaba el aula, les esperaba el perro: «Teníamos que pasar por donde estaba él, pero nadie se atrevía. Es un ejemplar grande de unos 40 kilos y corría nervioso sin parar de saltar contra la verja». Quizás fue una temeridad, pero Alex, como le conocen sus compañeros, fue el único que se aproximó al Pastor Alemán Su devoción por los animales le empujó a ello y a Zeus le acercó a su nueva vida. Cómplices, cruzaron sus miradas. Luego, el policía abrió la puerta y entró al recinto en el que estaba el can. Ya nunca más se separarían. Alex, sentado en un sofá rodeado de pósters de perros y de revistas con agentes de cuatro patas, recuerda con una sonrisa cómo Zeus echó las orejas para atrás y le invitó a entrar en su vida: «Como dicen, solo le faltaba hablar». El rabo del Pastor Alemán danzaba de un lado a otro. Quería jugar y el agente lo entendió pronto. Una naranja que había caído de un árbol y estaba en el suelo se convirtió en la improvisada pelota que les acercó por primera vez. Cuando los empleados de la residencia llegaron, les explicaron que Zeus había trepado por la valla de más de dos metros de altura que tiene el canil en el que estaba y se había escapado. Precisamente, sus dotes como escalador son las que le hicieron acabar allí. Galo, su nombre original, pertenecía a un criador de la zona, al que las cualidades del can traían de cabeza. Por lo visto él no era el único en escaparse una y otra vez, ya que enseñaba a los otros perros, que no dudaban en seguirle. Alex explica que la situación ya se había vuelto insostenible. Él mismo es consciente de que el Pastor Alemán no contaba con un futuro muy esperanzador: «Es un perro muy nervioso, que necesita mucha actividad. En una casa no puede estar y en una finca se escaparía. Al final hubiera acabado siendo devuelto una y otra vez por los posibles dueños o atado a una cadena 24 horas, y en un tiempo, quizás, sacrificado». Pero no ha sido así. Tuvo la suerte de dar con Alex, quien vio que sus cualidades le hacían ser un candidato perfecto para convertirse en policía. Fue precisamente durante el curso. Todos los agentes llevaban a su perro para entrenar, pero él, como organizador, no tenía previsto participar en el aprendizaje. Pero Zeus ya había entrado en su vida. Decidió hacer el curso con él y, después de los tres días que duraron las lecciones, Alex se fue directo a hablar con el agente Ignacio Arcos, que pertenece a guías caninos, y con Tomás Millán, jefe de la unidad. Les contó que el Pastor Alemán tenía madera para convertirse en un nuevo agente. Ellos también lo habían visto. Tomás señala que en el cuerpo necesitan perros inquietos con muchas ganas de jugar, ya que esta pasión del animal la canalizan para que su diversión acabe siendo la búsqueda de drogas, dinero o explosivos. La residencia no dudó en donar el perro a la policía, algo por lo que el cuerpo está muy agradecido. «Las donaciones son estupendas, animamos a todo el que quiera a que lo haga, nosotros estamos encantados», apunta el jefe de la unidad. Fue así como el pastor alemán llegó a las manos de Ignacio, que es el agente que lo cuida y le enseña. «Un compañero me lo quería quitar, pero no lo consentí», bromea. Ignacio lleva casi 20 años en guías caninos, la misma unidad a la que pertenecía su padre. Derrocha simpatía, la misma con la que habla de Zeus, a quien decidió bautizar así en referencia al dios de la mitología griega por su imponente imagen. Ahora pasan unas ocho horas juntos al día, de las que casi la mitad son de entrenamiento. Ignacio cuenta que el pastor alemán debe atravesar un periodo de prácticas de tres meses de adiestramiento para ver si puede convertirse en policía. Pero nadie tiene dudas de que superará las pruebas. El agente insiste, al igual que el jefe de la unidad, en que Zeus tiene aptitudes más que suficientes para lograrlo. De todas formas ya tiene más de un novio, Alex asegura que no dejará que vuelva a la residencia y otro compañero también ha dicho que se quiere quedar con él. Mientras se prepara para ser un agente experto en buscar drogas y dinero, el perro recibe todas las mañanas la visita de su amigo Alex. Coincide con Ignacio. Juntos disfrutan con el perro y comentan lo bien que le queda el chaleco de policía. Zeus ya corretea por su nueva vida. Fuente |
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