Quiero ser Adicto
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Publicado: Friday 11 de March de 2011, 01:48
Hace algunos meses, mi pareja y yo nos decidimos por un cachorro de raza labrador Siempre nos había encantado dicha raza y ya teníamos otros perros, por lo que uno más no sería problema. Buscando en muchos sitios nos decidimos por un "criador" que había en la zona donde vivíamos. Nos enamoramos de una perrita amarilla a la que llamamos Lana. Era tan lista, tan noble... en fin, lo más grande del mundo. La llevamos al veterinario y le pusimos sus vacunas, e incluso la llevamos a clases con otros cachorros para sociabilizarla. Estábamos enamorados de ella. Un día, estaba jugando con ella cuando de repente se sienta y empieza a temblar y a "respirar" raro. Pensé que se había agotado y la mantuve vigilada un rato, pero al ver que no reaccionaba la llevamos corriendo al veterinario. Allí la examinaron y nos dijeron que la perrita había sufrido un derrame en el pecho y que la iban a poner en una cámara de oxígeno y hacerle una transfusión a ver si reaccionaba reabsorbiendo el derrame. Cuando pude verla, se me vino el mundo encima. Parecía tan agotada y desprotegida. Cuando me vio, trato de levantarse, y yo salí de la habitación en seguida, no quería causarle más sufrimiento. Nos dijeron que ahora tendríamos que esperar, que no podíamos hacer más nada. No quería alejarme de ella. Sentía que no iba a salir bien. Lo intuía casi desde el primer momento. A las pocas horas llamé a ver cómo estaba y nos dijeron que nos llamaban en cuanto supieran algo. Tuve el teléfono conmigo como si fuese parte de mí. Apenas sonó y contesté. Malas noticias. Lana entró en parada y no salió de la reanimación. En cuanto colgué, lloré y grité todo lo que pude. Sólo estuvo un mes con nosotros y pudo provocarme esa reacción tan dolorosa que, a día de hoy escribiendo esto, se me salen las lágrimas. La vi quieta, como dormida, encima de una de esas mesas de acero. Fue muy duro. Las chicas de allí nos comentaron un caso que tenían en la clínica: un criador quería sacrificar a su cachorro de labrador porque enfermó de parvovirosis y no lo quería curar y ellos lo adoptaron y lo salvaron con mucho sacrificio. Nos dijeron que ya estaba sano, que necesitaba un hogar. Les dije que tenía que pensarlo, que no me parecía ético. Ellas me dijeron que no hacía nada malo, que le daba una oportunidad a alguien que se la merecía. Llame al "criador" que me vendió a Lana y le pedí explicaciones ya que en el vete me dijeron que era muy probable que el derrame fuera ocasionado por una consanguinidad de los progenitores. No se quiso hacer responsable, sólo me decía que la única forma era darme otro. ¿Para qué? ¿Para que le suceda lo mismo?. Me colgó. No quise saber nada más de él. Estuve con pesadillas toda esa semana, he incluso la sentía rascarme la cama por la noche, como lo hacía para que le limpiara las cacotas que hacía en su papel. Mi pareja y yo hablamos lo del otro perro. Se llama Brownie, como las magdalenas de chocolate, ya que su color es chocolate. Decidimos adoptarlo, aun que no dejaba de pensar en Lana. Estaba muy flaco y rapado por todos lados de las vías que le pusieron, y se alegraba de que alguien le prestara atención. Poco a poco y día a día, aprendía pautas y normas en un momento, comía y bebía a cuerpo de rey, hacia sus cosas en su papel.... Al final, tuve que rendirme a sus encantos. Y a día de hoy, aun que no dejo de pensar en mi Lana, estoy muy orgullosa de la decisión que tomé y él me lo agradece todos los días. Quiero pensar que Lana lo puso en mi camino, continuando así ella el suyo.Con muchos lagrimones , un saludo a todos los que han tenido el valor de leerlo entero =) prometo ser más breve la próxima vez. |