Cuantas veces nos han pedido nuestros hijos un cachorro como compañeros de juegos.
La verdad es que no hay nada más gratificante que ver la cara de ilusión cuando les damos lo que piden , pero la incorporación de un miembro más a la familia implica una serie de responsabilidades que son adquiridas tanto por parte del querubín de la familia, como por la nuestra.
Si hemos decidido traer un perro a casa, desde mi punto de vista son más los pros que los contras, siempre y cuando el niñ@ se implique realmente, ya que aprenderán los límites y se volverán más respetuosos y responsables con los animales debido a que serán partícipes de la educación del cachorro.
Si además la criatura es hij@ único, será un buen compañero de juegos y un amigo incondicional para tu hijo. Incluso el exceso de afectividad que tienen en edades tempranas lo “descargará” con el perro que a buen seguro estará encantado y será más paciente que nosotros.
Lo que sí dejaremos claro es que al ser un ser vivo y no un peluche no deberá pegarle ni abusar de él. Si eres un buen moderador o moderadora verás y disfrutarás de nuevo lazo emocional que surgirá en los dos.
Tu hijo desarrollará una mayor sensibilidad para comprender las necesidades de los que le rodean y fomentará una actitud tolerante. Tener que cuidar al perro le ayudará, y en cierta manera le obligará, a organizar su tiempo libre, siempre y cuando nosotros no nos hagamos responsables “directos” de su cuidado, cosa que no recomiendo.
Pero cuidado, tampoco debemos de darle toda la responsabilidad, aunque el niñ@ tenga un protagonismo respecto al cuidado de la mascota debe sentirse respaldado por el resto de la familia un momentos complicados.
Como he dicho antes y en mi modesta opinión, el educar al niñ@ conjuntamente con tu mascota son todo ventajas ya que estarás inculcando a nuestros hijos valores como la responsabilidad, el respeto, la tolerancia, la paciencia… valores que hoy en día en nuestra sociedad están tan en desuso y son unos pilares fundamentales en una sociedad que quiera presumir de ser justa e igualitaria.
Si tu caso, es que el miembro familiar está por llegar y ya tenemos perro, es recomendable que cuando tengamos al recién nacido, dejemos que el can lo huela y compartir la alegría con él de la llegada del nuevo integrante familiar. No tenemos porqué apartarlo ni aislarlo.
Si te has preocupado por su educación no hay necesidad ninguna ni supondrá un riesgo para el bebe. Sólo tendremos en cuenta el extremar un poco la higiene diaria, pero no hay más.
No debemos dejar al perro y al niño solos. No es que vaya a pasar nada, pero es conveniente ya que el uno para el otro son por el momento extraños.
Debemos de cuidar que las experiencias que tenga el perro con el niño sean siempre agradables recomendando siempre que no dejéis al perro lamer al bebé.
Que el niño no coma del plato del perro y lavar las manos siempre antes de comer.
A parte de esto, lo único que tenemos que hacer es disfrutar de los dos.
Montse Arias
Redacción perros.com