Si has decidido que su perra tenga cachorros, aquí van una serie de consejos que estarían bien para tener en cuenta.
Pero antes de nada el primer paso, y de gran importancia, es elegir al padre, porque dependiendo del
estado de salud y del conocimiento de sus antepasados (esto en el caso de que se tenga a mano el pedigrí de los progenitores), influirá de manera decisiva en la salud de los futuros cachorros, ya que hay
muchas enfermedades que se transmiten genéticamente y si vamos a ser responsables, es un paso fundamental e imprescindible a tener en cuenta.
Observando a nuestra perrita veremos que sus mamas se hincharán en los primeros 25-30 días del embarazo, tengamos un cuenta que el
embarazo en perros dura entre 60-63 días en la mayoría de los casos. También empezará a tener secreción vaginal aproximadamente un mes después del apareamiento.Lo normal es
que vaya subiendo de peso 45-50 días después de la concepción, lo que
sería conveniente es pesarla en el primer momento que sospechemos que pueda estar preñada así podremos ver el incremento de peso a lo largo de este periodo, tu veterinario te lo agradecerá.
No variaremos la dieta en las primeras seis semanas o utilicemos suplementos nutricionales y vitamínicos ya que esto puede provocar que los cachorros crezcan más de lo debido y en el momento del alumbramiento haya problemas.
Después del mes y medio sí es aconsejable un pienso con mayor número de nutrientes y fraccionárselo en varias tomas diarias ya que su estómago estará compartiendo espacio con los cachorritos y no da para más (el tamaño del útero aumenta conforme pasan los días).
El incremento de porcentaje en el pienso deberá de ser aproximadamente de un 25%, especialmente en las tres últimas semanas. Algunas perras también presentan falta de apetito o síntomas de depresión durante la gestación.
Otra de las cosas que considero fundamental
si tenemos sospechas de que la perra está embarazada es llevarla al veterinario, lo que nos permitirá confirmar el embarazo y al mismo tiempo detectar cualquier complicación temprana.
El veterinario, como buen profesional, usará los métodos que considere para poder confirmarnos si nuestras sospechas son correctas o no.
Después de 21-25 días puede realizar un análisis de relaxina, una hormona que sólo producen las perras embarazadas. Este método confirmará el embarazo, pero no la cantidad de cachorros. Cuanto más grandes son las razas más cachorros tendrán o por lo menos así suele ser aunque no quita que perras de razas pequeñas nos sorprendan con una camada numerosa.
Palpando el abdomen de su perra después de 21 días, el veterinario puede detectar el engrosamiento del útero y la presencia de pequeños “bultos” que indican el embarazo. Sin embargo, hay una serie de factores que pueden interferir en este método: una perra con sobrepeso, un solo cachorro o incluso el estado nervioso de la perra pueden hacer que un palpado correcto sea complicado.
Un estetoscopio o un electrocardiograma pueden detectar los latidos del corazón del cachorro después de 25 días, pero probablemente no sea posible detectarlos de manera individual por lo que resulta una herramienta insuficiente para determinar la cantidad de cachorros.
El ultrasonido es un método fiable y no invasivo que puede detectar a los cachorros en unos 28 días.
El método más exacto de recuento de cachorros son los rayos X que pueden detectar los esqueletos después de 49 días.
Algunos veterinarios desaconsejan utilizarlos para evitar la exposición a los rayos X de los cachorros durante su desarrollo.
En los meses anteriores al alumbramiento no necesitas hacer muchas cosas por tu perra embarazada excepto asegurarse de que continúe recibiendo una dieta equilibrada y sana. Deberías animarla a hacer ejercicio moderado para que esté en forma para el parto que puede resultar largo y extenuante, pero
no la hagáis subir o bajar escaleras para que no golpee la zona abdominal.
Algunos días antes de que tu perra dé a luz probablemente empiece a estar intranquila y a arañar el suelo o su cama. Está intentando hacer un nido para su camada. Proporciónale un recinto para ello, lo ideal sería un lugar donde ella pueda entrar y salir pero donde los cachorros queden recluidos.
Podría servirte una caja de cartón del tamaño apropiado para su perra, o esas bañeras de plástico que hoy en día se venden en tiendas
especializadas y a un módico precio. Llena el “nido” de toallas, mantas o sábanas viejas. No utilices nada esperando que después del parto lo puedas reutilizar, ya que se ensuciará mucho y será difícil que quede aceptable para posteriores usos.
Si sabes la fecha de la concepción, tu veterinario podrá calcular la fecha de parto. La otra manera es controlar la temperatura de la madre cuando pienses que le falta poco para dar a luz.
La temperatura normal para perros suele estar alrededor de los 38.4 grados. Su temperatura bajará por debajo de 37.8 grados justo antes del parto.
Si tu perra está intranquila, empieza a arañar el suelo de su cama, es síntoma de que el alumbramiento es inminente. Normalmente habrá una secreción de color verde oscuro en la vagina. Esto significa que la placenta se ha separado y la madre está lista para dar a luz. Si la secreción ha aparecido pero su perra todavía no ha dado a luz unas horas después, pídele ayuda a tu veterinario.
Una perra normalmente puede dar a luz completamente sola. Alumbrará a los cachorros, los sacará de la membrana amniótica, cortará con los dientes el cordón umbilical y empezará a limpiarlos.
Entre un nacimiento y otro transcurre un periodo de 20 minutos aproximadamente. En caso de que la perra haga esfuerzos durante dos horas sin que nazcan cachorros, se debe avisar al veterinario. Es normal pensar para los que no estamos muy puestos en el tema que al tocar el abdomen de la perra,
que aún tiene algún cachorro en su interior, pero esto se debe a que la placenta permanece en estado de rigidez durante algunas horas posteriores al parto.
Si la nueva madre no sabe qué hacer, está exhausta o está dando a luz a otro cachorro, hay unas cuantas cosas que puedes hacer. Si el cachorro todavía no está fuera, sácalo de la membrana en la que está envuelto.
Si necesitas cortar el cordón umbilical, coged un trozo de hilo resistente y átalo fuertemente alrededor del cordón aproximadamente a un dedo del cuerpo del cachorro. Haz otra vuelta y átalo un poco más abajo de la primera y luego corta el cordón con unas tijeras limpias.
Pellizca la piel en la nuca del cachorro y procura hacerlo llorar (aunque te de penita). El llanto quitará el fluido de las vías respiratorias del cachorro. Si tiene una pequeña pipeta para los ojos puede utilizarla para absorber con cuidado el líquido de la nariz del cachorro.
Cuando el parto haya acabado, procura que la madre,
si se encuentra en condiciones salga fuera para estirar los músculos y hacer sus necesidades. Quita las toallas y las mantas y sustitúyelas por otras que estén limpias. Luego deja a la nueva madre sola para que cuide de sus nuevos cachorros y disfruta del maravilloso panorama que tienes en tu casa.
Montse Arias.
Redacción perros.com