Hoy en día por nuestro trabajo y nuestro modo de vida, no tenemos tiempo suficiente para relajarnos y disfrutar lo que deberíamos de los nuestros, los humanos, tenemos la capacidad de ver la situación y comprender que las cosas son así, y que si queremos seguir pagando la hipoteca, el coche… no nos queda otra. Sacrificando el tiempo de disfrutar y relajarnos con los nuestros.
Por el contrario, nuestras mascotas no entienden todo este “ tinglado” que tiene montada la humanidad y lo único que entienden es que su dueño, al que tanto quiere, nunca está en casa, nunca está con él. A raíz de esto empieza a sentir angustia o miedo hacia un peligro o amenaza sin especificar, sintiéndose así desprotegido. Todo esto le lleva a tener unas conductas que pueden llegar a ser destructivas, a veces, peligrosas incluso para él mismo.
Si nos fijamos un poco antes de irnos y vemos que el perro se esconde, se pone nervioso, se deprime, sigue al dueño a todas partes, no deja que el dueño salga... o por el contrario; si ya no estamos y ladra sin parar, destroza todo lo que encuentra, sus deposiciones, que tanto nos costó que las hiciera fuera, las vuelve a hacer en casa y está nervioso. Tenemos un problema. Nuestro perro sufre ansiedad por separación.
También es significativo que cuando lleguemos a casa se ponga como loco de alegría, no se separe de nosotros y lo veamos en un estado de excitación durante un buen rato.
Pero, ¿qué es lo que podemos hacer para que no lo pase tan mal?
En primer lugar no debemos demostrarle cariño o llenarlo de mimos antes de salir, nos deberemos comportar con la mayor normalidad.
Al volver tampoco lo saludaremos con efusividad, entraremos en casa e ignoraremos el estado alterado de nuestra mascota, una vez se halla calmado lo podremos acariciar o podremos dirigirnos a él, pero siempre de manera tranquila.
Algo fundamental es darle toda la actividad que necesite dependiendo de la raza y el carácter. Si es un galgo tendremos que hacer un esfuerzo y llevarlo a que corra por el campo y se desahogue y si eres deportista que te acompañe a correr, otros sin embargo necesitarán un adiestramiento que active su actividad mental para que no se aburran y no les dé por destrozarlo todo.
Cada raza de perros tiene unos instintos y carácter significativos, podremos informarnos en los libros de la raza a conocer o bien a través de Internet, hoy en día hay mucha información por todas partes que nos pueden ser de gran utilidad.
Si va a pasar de todas formas mucho tiempo en casa, debemos procurarle un sitio cómodo en el cual se encuentre protegido y tranquilo, es una buena idea el dejarles alguna prenda vieja que vayamos a tirar al lado del perro, ya que el olor de su dueño les ayudará a relajarse.
Es conveniente también darles un entrenamiento de independencia intentando disminuir el contacto físico con la figura de apego y fomentar un acercamiento con otros miembros del entorno familiar.
Uno de los mayores errores que se suelen cometer es el comprar otra mascota para que le haga compañía, pensando que así estará tranquilo. Nada más lejos de la realidad ya que el apego es con una persona, el otro perrito no sustituirá en ningún caso al humano.
De todas formas lo fundamental para que nuestro querido amigo mejore es tener mucha paciencia y cariño. Si perseveramos le daremos uno de los mejores regalos que pueda tener por nuestra parte, ya que se sentirá seguro, será un perro más equilibrado y estará más tranquilo.
Montse Arias
Redacción perros.com