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Publicado: Thursday 03 de May de 2012, 10:12
Hola,os escribo para contar un episodio un tanto violento que ocurrió ayer.En frente de mi casa empieza el campo, no hay casas y solemos, antes de empezar el paseo, acercarnos a una explanada donde se juntan perros. Blat, mi labrador de casi un año, se pone en general muy contento y tiene unas ganas locas de ir a jugar. Es de las pocas situaciones en las que aún tira de la correa. Está ansioso para llegar, razón por la que trabajamos el andar sin tirar en esa zona concreta. Blat va atado y le suelto cuando llegamos al lugar, se sienta y me mira. En ese momento libero y se va a jugar.Ayer nos disponíamos a hacer lo mismo, así que nos acercamos sin apenas corregir ningún tirón, ya que Blat no había visto supongo a los perros, que estaban más lejos de lo habitual. Y eso quizá influyó en su calma. De repente, ya más cerca, los oyó y se puso como suele, atento para ver qué había de interesante. En ese momento aparecieron 5 perros, casi de la nada. Dos eran conocidos (había reconocido a los dueños), un Beagle de 2 años muy juguetón y un Mastín Napolitano de unos 13 meses con el que Blat ha jugado a menudo.El caso es que los otros 3 sí que no los había visto nunca y fue el más grandote de esos que se lanzó contra Blat. Se trataba de un perro grande, algún cruce de Braco. Blat no se lo esperaba y se tumbó sumiso, lo que el otro aprovechó para lanzarse sobre su cuello.Aquí voy a partir el relato en dos, una en la rección de los perros, y otro en la de los humanos.1) Parte perruna:Blat estaba atado, pero con el revolcón se le soltó el collar. Pero no se movía, tampoco protestaba mientras le pinzaban el cuello. Lanzó un chillido de dolor y entonces sí, los otros perros se retiraron y el aprovechó para huir. Cola entre las piernas. Temeroso. Nunca lo había visto huir de nada. Vino cuando lo llamé para ponerle otra vez el collar. Y mientras yo discutía con el propietario (entraremos en eso después) aún daba vueltas por ahí. El perro grandote se le acercaba y Blat se agachaba miedoso, se quedaba quieto y el otro lo montaba, hasta que su propietario le reprendía. Al cabo de un rato de rondar por ahí, cuando el perro grande se le acercaba, Blat ya no se quedaba petrificado, se daba la vuelta y hacía un pequeño trote para esquivarlo. Hasta llegó a esconderse entre arbustos y le daba la espalda, aunque estaba pendiente de la situación del otro perro por si tenía que irse a otro lado. Siempre tenía la cola entre las piernas.Esa reacción me sorprendió. Tan sumiso puede ser Blat que ni lanzó un ladrido de protesta? El Beagle de 2 años no permitía que el perro grandote se le acercase, le lanzaba una secuencia de 3 o 4 ladridos y el otro le dejaba en paz. Blat tenía tanto miedo que no podía ni ladrar?Al cabo de un rato, las cosas se calmaron, el Beagle jugó algo con Blat, que aún estaba como afectado e iba más a su bola de lo normal (siempre quiere jugar con otros perros) el Beagle le iba a buscar y Blat no le hacía mucho caso, incluso se alejaba. E incluso después el perro grandote (que resultó tener 12 meses aún) le lanzaba a blat invitaciones para jugar, agachando la cabeza, haciendo amagos hacia un lado, después hacia otro, para incitar a que entrase en juego, pero Blat pasaba. Después nos fuimos y Blat volvió a ser el de siempre.2) Parte humana:Cuando vi que se le tiraban encima (literalmente) los perros, avisé al propietario, que también lo era de otros 2 perros mestizos. Pero ni se movió. Cuando Blat pudo escapar del acoso, me acerqué y le reprendí que no hiciese nada. La respuesta fue muy prepotente: "la culpa es tuya", dijo. "Por llevar el perro atado", "si no confías en tu perro, no lo lleves a un sitio con otros perros". Sólo pude decirle que lo que me decía no tenía ningún sentido y que no tenía ni pajolera idea de lo que hablaba.Su línea de argumentación era:El perro estaba atado (cierto) ---> estaba en tensión (falso pq aún no había visto a los otros perros, simplemente estaba atento) --> provoca que los otros perros lo ataquen a causa de la tensión que transmite --> es un perro débil de espíritu, por lo que asume un rol de sumisión --> los otros perros lo perciben --> tratan de montarle.Su perro al tener 12 meses aún, "no tiene edad suficiente para recibir ningún adiestramiento", decía. Así no acude a la llamada ni atiende a órdenes. Tampoco él mismo como propietario tenía que acudir, "pq eso tensionaría las cosas y era mejor dejar que los perros se arreglasen ellos". Según él y a pesar de estar intentando montar a Blat, no era en absoluto dominante, ya que sexualmente "es un bebé", "no está definido aún" y su cuerpo "no sabe lo que es la testosterona". A pesar de pinzar el cuello de Blat, tampoco era agresivo, "no es necesario caparle". (curiosa relación por cierto, la que hizo entre agresividad por vete a saber qué y la sexualidad)Según ese listo, el problema es que Blat "no está acostumbrado a estar con otros perros y por eso tiene miedo", "es normal si tú le tratas como a una persona". "Leéte algún libro sobre perros, que te hace falta", llegó a decir!!Cuando irónicamente le dije que citara uno sólo que considerase interesante, no logró decir ni un solo autor ni un solo título... Bueno, total, que el surtido de chorradas era tal que solo pude decirle, "no tienes ni pu*a idea, tío". Y a punto estube de cabrearme de verdad...A pesar de todo, soy un novato (en eso acertó) y si habéis leído la historia, os agradecería que opináseis sobre lo ocurrido. Realmente hice algún error? O simplemente el error fue no largarme.?Quise que Blat no se quedara con el mal rollo y al ver que las cosas se tranquilizaban un poco cogiera confianza otra vez. Tenía la sensación que si nos largábamos rápido le quedaría la sensación de haber pasado por un mal trago, y que habíamos huído.Por otro lado, la sumisión extrema de Blat os parece normal? es normal que ni protestase siquiera?Bueno, gracias y un saludo!PD. Si algún moderador considera que puede ir al subforo de anécdotas, lo puede mover. |