| Titulo: Rescatan a un perro que llevaba 7 años encerrado. |
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Publicado: Tuesday 13 de September de 2016, 17:05
 Un establo de unas dimensiones 12x12. Ese es el único hogar que conoció Lazarus en los últimos siete años y que pronto se convirtió en su propia cárcel: encerrado en un espacio minúsculo, sin compañía, sin libertad de movimiento. Todo ello mientras cargaba con una mata de pelo tan compacta y apelmazada que pesaba casi 16 kilos. Casi una década después, Lazarus, un Perro de Montaña de Los Pirineos ha podido saborear la libertad gracias un hombre que le encontró en Tennesse (EE UU) hace unos días en unas condiciones de salubridad deplorables. Para poder acceder a él, "la puerta tuvo que ser extraída. Había pilas de heces por todas partes", comenta a Gonzoo Amanda Lindsey, una mujer norteamericana que ha acogido de forma temporal al can hasta que se recupere y encuentre una familia donde poder quedarse definitivamente.  "Llegó a nosotros a través de una cadena de siete personas. Uno lo encontró, dos lo acicalaron, uno lo albergó, otro entró en contacto con una protectora local [Big Fluffy Dog Rescue]...". Hasta que su representante se puso en contacto con Amanda, que le acogió con los brazos abiertos. Las personas que lo encontraron en primer lugar decidieron afeitarle el pelo nada más verle. Estaba tan enmarañado que pesaba casi 16 kilos", añade. Haber cargado durante tantos años con esa mata sobre su espalda tuvo consecuencias: "Al principio no sabía caminar, pero está cada vez mejor a medida que recupera su tono muscular".  De momento, Laz -como le llama esta joven- no ha sido capaz de dormir en el interior de la casa aunque poco a poco se va acostumbrando a su nueva vida. "Todavía está trabajando en no hacer pis donde duerme y agradece todo tipo de afecto. Eso sí, aún desconfía de las personas". A pesar de que la asociación quiere mantener la identidad de los dueños en el anonimato, Lindsey asegura que es un matrimonio de avanzada edad que no se encuentra en el "estado de ánimo adecuado" para cuidar de un animal. Su único trato con el perro, de hecho, se reducía a la comida y el agua. Ahora Lazarus, que tendrá su primera revisión con el veterinario dentro de unos días, disfruta de los mimos, de los paseos, de los pequeños premios alimenticios y de la compañía humana. "Está feliz como una lombriz". VER VÍDEO Fuente - Fotos |
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